La necesidad de alejarnos de la ciudad nos llevo, a mi y a mi esposa, a tomar unas vacaciones.
Así que sin avisar a nadie decidimos armar nuestros bolsos y salir hacía un lugar con mas árboles y menos edificios.
Decidimos movernos hacia las montañas del sur, donde nadie podría ubicarnos y finalmente nos desconectaríamos de todo y todos.
En todo el camino no cruzamos un solo auto, y el clima estaba de nuestro lado, el sol brillaba fuertemente y en el cielo no había ni una nube. Pero nunca nada es perfecto.
Wendy tuvo que traerlo de vuelta a mi mente. Una simple frase como "Él hubiera amado esto", basto para borrar la sonrisa de mi rostro.
¿Por qué después de tanto tiempo tuvo que recordarlo precisamente este día, en este momento?
Ya había pasado 1 año pero aún me costaba aceptar que él no estuviera con nosotros. Así que el resto del viaje fue silencio. Y casi como imitando mi humor el tiempo cambio de repente.
El día despejado y con ese sol brillante sufrió una horrible transformación hasta convertirse en un monstruo oscuro y tormentoso.
La oscuridad solo se veía interrumpida cuando caía un rayo, y la lluvia que caía fuertemente dificultaba aún mas ver la ruta.
Fue entonces cuando un rayo cayó y destrozo un enorme árbol que se encontraba a pocos metros nuestros.
El árbol se desplomo inmediatamente sobre el capó del auto y nosotros nos salvamos de suerte.
Trate inútilmente de dar marcha atrás, pero no había caso. El motor estaba arruinado.
Intentamos usar nuestros teléfonos pero la señal en ese lugar era nula.
Pero finalmente nos relajamos cuando Wendy señalo que habíamos pasado un campo hacía escasos minutos.
Volví a sonreír desde que ella lo había mencionado, y agradecía su buena memoria.
Nos pusimos nuestros impermeables y agarramos los bolsos. Esperábamos que los habitantes de ese campo tuvieran un teléfono desde el que pudiéramos llamar a una grúa.
Corrimos tratando de no resbalar por la lluvia.
Finalmente llegamos a la entrada del campo, abrí la tranquera y entramos. Recorrimos la entrada no sin ensuciarnos bastante debido al barro, pero finalmente llegamos a la puerta de la casa. Las luces estaban apagadas pero supusimos que se debía a algún corte de luz, así que sin pensarlo dos veces golpeamos fuertemente la puerta para que nos escucharan.
No hubo respuestas. El campo estaba abandonado a pesar de que la casa parecía estar en perfecto estado. No teníamos opción teníamos que entrar. Así que rompí el vidrio de la ventana con mi codo y destrabe la puerta desde adentro.
Al entrar y cerrar la puerta nos dimos cuenta de algo extraño.
La casa estaba llena de muebles, incluso había un televisor. Quienes vivieran ahí no tuvieron tiempo para llevarse nada. Asumimos que las camas seguirían en su lugar y estábamos demasiado cansados para ponernos a hacer suposiciones. Así que subimos al segundo piso y revisamos habitación por habitación.
La primera resulto ser el baño.
La segunda la habitación de los hijos de la familia. Esta contaba con 2 camas. Por las cosas que se podían observar deducimos que tenía un hijo y una hija.
Finalmente la tercera puerta resulto ser la de la habitación matrimonial. La cama estaba echa y no tenia un poco de polvo en cima.
Pero no nos preocupo, probablemente esa puerta había estado cerrada por años.
Así que nos desvestimos y nos acostamos.
Al otro día nos levantamos temprano. Bajamos a la cocina y revisamos en busca de comida no perecedera para desayunar. No tuvimos suerte, pero decidimos que no haría falta, no estaríamos ahí por mucho, nos podíamos saltar un desayuno.
Entonces nos pusimos en búsqueda de lo que realmente era necesario... Un teléfono.
No tardamos en encontrar un viejo teléfono de disco en la sala de estar. Pero al levantarlo nos llevamos otra decepción. Este no tenía tono.
- Tal vez es que la luz esta cortada y nada mas - Sugirió Wendy.
Asentí con la cabeza y decidí salir a revisar al rededor de la casa. No se como se dio cuenta pero Wendy me freno.
- Tranquilízate, todo va a mejorar Jason - Y en ese momento me beso.
Aún así salí de la casa frustrado y sin ganas de trabajar. Busque incansablemente la fuente de energía de la casa. Hasta que finalmente encontré un generador en la parte trasera de la casa. Este estaba intacto, lo mas probable es que se le había acabado la gasolina y con un par de litros volvería a funcionar.
Cuando me día vuelta lo vi. Era posiblemente la cosa mas grotesca que había visto en mi vida... Un espantapájaros estaba posado detrás de mi. Este tenia una apariencia horrible, con sus ropas gastadas y sus ojos vacíos y una hoz en su mano. Trague saliva y me dirigí tan rápido como pude a la casa. La sola presencia de esa cosas me provocaba escalofríos.
Volví a la casa y descubrí a Wendy fijándose en una especie de libro en la sala de estar.
- ¿Viste el espantapájaros que esta atrás de la casa?
- No, no lo vi. - Respondió sin levantar la vista del libro.
- ¿Qué tenes ahí? - Me acerque curioso y comprobé que era un álbum de fotos.
- Lo encontré revisando la habitación donde dormimos - Dijo Wendy aún sin despegar la vista de este.
En las fotos descoloridas se veía a los dos niños, a una hermosa señora de cabello largo y piel clara, y a un hombre flaco y alto con una extraña cicatriz en el brazo que siempre estaba de la mano de la mujer.
- Encontré un generador afuera, no debe tener gasolina, voy a ir a sacarle lo que le queda al auto y se la voy a poner al generador.
- Bien, hay una manguera y un balde en la cocina. - Ella seguía pasando las paginas como hipnotizada por sus rostros.
Salí de la casa y volví por lo menos una hora después con el balde hasta la mitad. Tenia que alcanzar para hacer una llamada por lo menos.
Puse rápidamente la gasolina en el generador para no tener que estar cerca de esa horrible figura y inicie el generador. Era increíble. Este funcionaba a la perfección. Volví sonriendo a la casa pensando que ese era el final de nuestra pesadilla.
Entre a la casa y para mi sorpresa Wendy seguía en la misma posición en la cual estaba cuando salí.
- Creo que ya arregle el problema. - Y ni bien termine esta frase encendí la luz de la sala de estar.
Wendy finalmente levanto la vista y me sonrió.
Corrí hasta el teléfono y levante el tubo.
Una vez más me decepcione. El teléfono seguía muerto. Cualquiera que fuera el problema no era la electricidad. Frustrado por haberme esforzado para nada arranque el teléfono de donde estaba y lo arroje al otro lado de la habitación. Wendy se acurruco un poco en el sillón y dejo caer el álbum de fotos.
- Jason... No te preocupes... Ya se va a solucionar todo...
- ¿Si? - Estaba lleno de odio y frustración - Desde que llegamos lo único que hiciste fue decirme que todo va a estar bien y mirar esas estúpidas fotos. - Salí de la casa para poder tomar un poco de aire, Wendy salio atrás mió.
- ¿No te da vergüenza hablarme así? ¿Qué pensaría Ivan si te escuchara?
Lo ultimo que necesitaba era escuchar su nombre, aún mas furioso me dí vuelta y la enfrente.
- Ivan lleva muerto 1 año Wendy. A él no le va a molestar.
Wendy quedo boquiabierta. Sin nada mas que decir se dio vuelta y volvió a la casa. Luego de unos minutos cuando volví a entrar en razón y me di cuenta de las cosas que había dicho volví a la casa.
Wendy estaba callada sentada en el sillón. Obviamente había estado llorando.
Me acerque lentamente y pedí perdón. Al principio me ignoro totalmente, pero pasados unos minutos volvimos a hablar. El cansancio nos superaba así que nos fuimos a la cama temprano con la esperanza de que al próximo día encontraríamos la forma de volver a la ciudad.
Mientras ella dormía me acerque con la pequeña hoz que el espantapájaros llevaba en su mano.
Rápidamente le sujete la cabeza y apoye la hoz contra su cuello. La luz de la luna iluminaba nuestros cuerpos. Podía ver su cara mientras intentaba huir de mis manos y se notaba que estaba gritando. Pero yo no podía escucharla. Solo escuchaba una frase en mi cabeza, una y otra vez: "Ella es una intrusa..."
Lentamente pase la hoz por su cuello y vi a la luz de la luna como mis manos se llenaban de sangre. Cuando finalmente ella estuvo muerta me asome la ventana que daba a la parte trasera de la casa... El espantapájaros ya no estaba...
Me desperté sobresaltado por un ruido en la sala de estar. El sudor cubría todo mi cuerpo. Mi primera reacción fue fijarme si Wendy estaba bien.
Comprobé aliviado que ella todavía estaba durmiendo.
Baje las escaleras rápidamente. Probablemente algún animal se había metido en la casa y había tirado algo.
Para mi sorpresa reinaba el mas absoluto de los silencios.
El ruido había sido producido por el álbum de fotos que cayó al suelo.
Sin nada que hacer comencé a revisarlo. No había muchas cosas interesantes, lo único que pude notar fue que faltaba una de las fotos. Pero nada fuera de lo normal.
En ese momento los brazos de Wendy rodearon mi cuello y sus labios besaron mis cachetes.
- ¿No podías dormir?
- Se cayó esto y me despertó. Volvamos a la cama.
Cuando nos disponíamos a volver a la habitación sentí algo extraño en el suelo. Me frene en seco y Wendy me miro preocupado.
- Creo que hay un sótano...
- Bueno, podes revisarlo mañana ahora descansa.
Ella tenía razón, de todas maneras estaba muy oscuro como para entrar así que la acompañe a la cama y me acosté, ni bien cerré los ojos lo primero que escuche fue la frase: "Ella es una intrusa..."
A primera hora del otro día me levante y me dirigí a la sala de estar. Por alguna razón algo me molestaba de ese sótano, o tal vez simplemente me estaba volviendo loco.
Salí de la cama y escuche a Wendy entrar al baño. Siempre me sorprendió lo temprano que se levantaba.
Baje rápidamente las escaleras y fui a la sala de estar.
Me agache y comencé a buscar una manera de abrir el sótano. Al cabo de unos minutos logre levantar una tabla suelta que dejo al descubierto una manija, al tirar de esta la puerta del sótano se abrió. Estaba a punto de sonreír cuando un olor terrible a putrefacción me pego en la cara y me provocó arcadas. Wendy se encontraba bajando las escaleras y lo sintió igual.
- Jason, ¿De donde sale ese olor?
- Del sótano... Probablemente algún animal muerto que se quedo encerrado... Ya vengo.
Me tapé la nariz con la remera y comencé a bajar, la luz del sol entraba levemente en el sótano permitiéndome ver un poco.
De repente tropecé con algo y caí al suelo, saque mi teléfono celular que estaba casi sin batería e ilumine el lugar.
Me quede sin aliento al ver lo que había en ese sótano.
Tres cadáveres... Dos niños y un adulto... Me arrastre como pude hasta la otra punta del sótano sin dejar de alumbrarlos y me acurruque como un niño asustado. ¿Quienes eran esas personas? ¿Como había llegado ahí? Un mar de preguntas me inundo.
Alcance a ver una especie de nota en el suelo, así que me arrastre y la recogí.
Era una foto... La foto restante... Esta fue tomada dentro del sótano.
En esta se podían ver los tres cadáveres ni bien fueron asesinados. Era la familia que vivía en la casa, todos tenían profundos cortes en el cuello. Pero faltaba uno... El hombre flaco y alto... ¿Acaso el los había asesinado? ¿El padre había aniquilado a toda su familia, la había bajado al sótano y les había sacado una foto? Todo era terriblemente confuso...
Di vuelta la foto y en esta se leía: "Ellos eran intrusos..."
Un grito ahogado salio de mi boca y escuche la voz de Wendy de mas arriba.
- Jason ¿Esta todo bien?
Al instante la puerta del sótano se cerro. Quede paralizado. No sabía que hacer. Podía escuchar a Wendy intentado abrir en vano. Me asome e intente empujar la puerta desde adentro pero algo me heló la sangre...
Una voz tétrica se escucho detrás de mi.... Casi como si me estuvieran susurrando al oído...
- Ella es una intrusa...
Al borde del llanto comencé a empujar mas fuerte y la voz se volvió mas notoria...
- Ella es una intrusa...
Continué empujando con todas mis fuerzas... Esta vez la voz fue casi como un grito y sentí una mano apoyándose en mi espalda.
- ¡Ella es una intrusa!
Finalmente la puerta cedió y yo salí disparo de ahí cayendo sobre Wendy.
Para cuando volví a abrir los ojos estaba en el sillón de la sala de estar y Wendy estaba sentada delante mió con su cara preocupada.
- ¿Que pasó ahí abajo?
- ¿Qué?
- Jason... ¿Qué paso allá abajo ¿Qué viste?
- Todos están muertos... - Murmure.
- ¿Qué?
- La familia que vivía acá... Están todos muertos... Alguien los mato...
- Jason ¿Quien los mato?
- Creo... Creo que fue el papá...
Wendy me miro preocupada, y se levanto.
- ¿A donde vas?
- Me voy de esta casa Jason.
- Wendy el pueblo mas cercano esta a varios kilómetros, no podemos volver caminando...
Ella me ignoro totalmente y subió. Salí detrás de ella.
- Wendy, alguien nos va a encontrar...
- No me voy a quedar.
La tome suavemente de la mano pero ella se soltó.
- Wendy... ¿Qué te pasa?
- Estas loco.
- ¿Qué?
- Allá abajo no hay nada Jason, yo misma baje y no vi nada, lo único que hay es un gato muerto. Desde que llegamos estas totalmente desquiciado, te levantas en el medio de la noche, tenes alucinaciones, me tratas mal. Me quiero ir.
- No te podes ir... No me podes dejar solo...
- Veni conmigo entonces...
- Pero todas nuestras cosas...
- ¡Jason eso no importa! - Ella se dio vuelta totalmente furiosa.- Vos no sos el único que sufre la muerte de Ivan. El también era mi hijo.
- Ivan no tiene nada que ver con esto...
- ¡Tiene todo que ver! ¿Sabes por qué? Porque fue tu culpa...
Al darse cuenta de lo que dijo se tapo la boca...
- ¿Qué?
- Jason... Perdón...
- ¿A que te referís con que fue mi culpa?
- No quise decirlo...
- ¡¿A qué te referís!?
Wendy rompió en llanto.
- Se suponía que lo ibas a cuidar... Pero lo dejaste solo, y ese conductor lo atropello... ¡Era tu responsabilidad!
Y en ese momento todo se puso oscuro... Lo único que logre escuchar antes de perder el conocimiento fue esa maldita frase de nuevo... "Ella es una intrusa..."
Cuando desperté estaba tirado en el pasillo, el silencio era absoluto y el sol entraba por las ventanas.
Me levante y me sujete la cabeza... ¿Qué había pasado? ¿Wendy seguía en la casa?
Pero de repente lo vi... La puerta del dormitorio estaba manchada con sangre...
Corrí hasta la misma y entre a la habitación...
Wendy estaba tirada en la cama, con el cuello cortado... En la pared estaba escrito con sangre: "Ella era una intrusa" .
Mire mis manos y estabas estaban repletas de sangre... Y al lado de la cama estaba la hoz... La hoz del espantapájaros... Yo no era capaz de lastimar a Wendy, jamas lo habría echo... Tenía que ser el espantapájaros... Era él el que cometía cada uno de los asesinatos, espantando a los llamados "intrusos".
El odio recorrió todo mi cuerpo. Agarre la hoz y salí afuera, me dirigí directamente a esa horrible figura.
Comencé a pegarle con la hoz, pero este estaba inmutable. Y entonces una idea me vino a la cabeza... Baje de la cruz a ese espantapájaros y lo rocié con un poco de gasolina que quedo en el balde.
Sin pensarlo dos veces corrí a la cocina y busque fósforos. No tarde en encontrar unos viejos pero que aún funcionaban. Así que corrí hasta donde había dejado a el espantapájaros y sin pensarlo dos veces tire sobre él un fósforo.
Inmediatamente este comenzó a arder y yo a sonreír.
Pero cuando la ropa comenzó a deshacerse la vía... Ahí estaba la cicatriz... La misma que tenía el hombre de las fotos... El espantapájaros se encargaba de mantener el campo seguro y de que ningún intruso se acercara a estas... Y entonces lo sentí... Algo se envolvía al rededor de mis muñecas... Eran los alambres... Los mismo que sostenían a el espantapájaros anterior...
Jamas me iba a ir de este lugar... Después de todo... tengo que mantener lejos a los intrusos... Ahora soy el espantapájaros...
Nota: Esta historia esta dedicada a Miriam, espero que la hayas pasado genial en tu viaje pequeña psicópata... (?)