Tenia 22 años en ese entonces, llevaba ya 3 años realizando la carrera de historia y las vacaciones de verano me permitieron alejarme de todo eso y volver a mi pueblo, una comunidad rural rodeada de varios kilómetros de monte. Pase ahí la mayor parte del tiempo y 2 meses antes decidí que tenia que empezar a prepararme para rendir los exámenes que me tomarían al regresar. Estuve así estudiando un mes hasta un reencuentro con un viejo amigo que entre recuerdos y anécdotas me comento que cuando su padre murió le dejo su campo, un lugar que queda a 2 kilómetros del pueblo y que no tiene nada a su al rededor excepto el silencio. Luego de una larga charla (Y varias copas) en uno de los bares del pueblo el me confeso que su hermana se había ido a estudiar a la ciudad de Bs. As y que sufrió un accidente y al ser el pariente mas cercano los médicos solicitaron su presencia (Ya para ese entonces yo ya no recordaba a su hermana.) Estaba preocupado, extrañamente no fue en su totalidad por ella. Me dijo que le preocupaba que alguien irrumpiera en el capo mientras el no estaba, me mostré un poco confundido y luego de tomar un sorbo de cerveza fría le pregunte por el peón del mismo, y el me contó que le dio vacaciones hace un par de días y que después de todo lo que tenia que pasar en el campo no quería interrumpir su descanso. Viendo su situación me ofrecí para cuidar el campo con una sonrisa en mi rostro.Tal vez fue el alcohol el que me hizo hablar sin tener en cuenta las consecuencias pero el no me dio tiempo a pensarlo dos veces, con una sonrisa en su rostro me abrazo con fuerza y me agradeció varias veces seguidas, me quede sin palabras y sumiso acepte el cariño en forma de agradecimiento. Pensándolo bien no era una mala idea, ayudaba a un viejo amigo y tenia tranquilidad absoluta para estudiar, después de todo ¿que mejor que el silencio del monte para poder concentrarse?
Al otro día muy temprano mi amigo me paso a buscar por mi casa y me llevo en su camioneta hasta su campo. Era un lugar hermoso, tenia un alto molino que se veía desde metros antes de llegar al campo, el viento corría con fuerza debido a la falta de arboles y el pasto corto y seco típico de la llanura. La casa, que mas bien parecía una choza, estaba ubicada a 10 metros del molino y a 30 de un enorme galpón donde según el me dijo guardaba los tractores.
Me baje de la camioneta y me acerque a la casa, era pequeña de manera que con tan solo abrir la deteriorada puerta de madera de la entrada ya te encontrabas en la cocina, atravesando un pequeño pasillo se encontraba la habitación que tenia una cama de una plaza, incomoda y sucia, la siguiente puerta del pasillo correspondía al baño y la ultima puerta, que la podías observar desde la entrada, conducía a una habitación vacía que solían utilizar para guardar herramientas. El me mostró un poco alrededor y me indico las tareas que debía realizar en mi estadía en ese lugar. Para el medio día el ya se había retirado y yo había quedado solo en el medio del monte.
Los primeros 3 días los pase con una normalidad inquietante, trabajando durante el día y estudiando durante la noche. Pero el cuarto día sufrí un pequeño accidente en la habitación de las herramientas mientras buscaba algo que mi mente no me permite recordar.
Al entrar a la habitación la recorrí con la mirada, las blancas paredes estaban cubiertas de humedad y el olor de la misma sumado a la evidente presencia de ratas hacían que esa fuera una habitación en la que no querías pasar mucho tiempo, ¡ni siquiera tenia iluminación! No tenia ventanas y tampoco poseía un foco de manera que para iluminarla durante el día debías dejar la puerta de entrada a la casa abierta. Mi mirada se poso en el objeto que no recuerdo y avance rápido. Sentí que moría cuando, por mi peso, las maderas que tenia el piso cedieron y mi pie se hundió junto con varios pedazos de madera , lo saque tan rápido como pude y lo observe en busca de astillas que se pudieron haber clavado, para mi suerte mi pie estaba intacto, solamente un poco dolorido pero nada mas.
Asome mi cara para ver por el agujero en suelo, pero no podía ver nada debido a la oscuridad, la curiosidad empezó a asomar en mi cabeza y finalmente decidí agrandar el agujero para poder inspeccionar, << Después de todo ya esta roto>> Guiado por mi curiosidad busque un par de guantes en la sala para no lastimarme y comencé a quitar las tablas hasta hacer un enorme agujero en el suelo.
No era simplemente un pozo, la palabra cueva describía mejor a ese túnel que decencia hacía la oscuridad.
Me emocione por mi descubrimiento, sonreí y busque desesperado una linterna para iluminar mi camino, por suerte la sala de las herramientas tenia una, la encendí y comencé a bajar por ese túnel iluminado por el haz de luz de la linterna.
Para mi sorpresa el techo estaba sostenido por fuertes maderas para evitar un derrumbe, descendí los 5 metros que tenia el túnel (Que se me antojaron mucho mas largos) y llegue a una cámara construida a la perfección, pensé que podía ser una especie de sótano, pero no tenia sentido, ¿por que lo tendrían tapado?.
Ese "sótano" se encontraba totalmente vació. El calor del campo provocaba que el aire de ahí adentro se sintiera pesado, lo revise un poco sin encontrar nada interesante y cuando me empece a sentir mareado salí y volví a las tareas del campo.
La mañana se convirtió en tarde y rápidamente esta en noche y yo fui a mi pequeña habitación a estudiar. Al cabo de unas horas me sentía exhausto, el silencio de esa noche era absoluto y no me costo dormirme.
En medio de la noche un ruido muy particular me despertó y provoco que se erizaran los pelos de mis brazos. Era claramente alguien aplaudiendo. Trague saliva y trate de encontrarle algún sentido a ese atemorizarte sonido que se repetía sin cesar, al cabo de unos segundos recordé que mi amigo me explico que a 600 metros del campo, se encontraba un antiguo bar donde los viejos del pueblo solían pasar las noches y mas de un borracho solía caminar hasta la casa y golpear la puerta o tratar de entrar y que al cabo de unos minutos se retiraban frustrados por no poder ingresar al hogar.
Estaba a punto de volver a la posición en la que dormí para esperar que los aplausos cesaran cuando me di cuenta de algo. Me di cuenta que el sonido no provenía de afuera... este provenía de adentro de la casa. Un escalofrió recorrió mi cuerpo y el aire frió del campo por la noche pareció volverse helado de repente. A pesar de estar aterrado me pare y me puse a tratar de recordar si no deje alguna puerta o ventana abierta... ¡Estaba seguro de haber cerrado todo! Ningún animal ni persona podría haber entrado a la casa. Camine hacia el pasillo y maldije para mis adentros los pisos de madera viejos y sus horribles crujidos, abrí la puerta de mi habitación despacio y mire a ambos lados, el sonido seguía repitiéndose, poniéndome los pelos de punta, el pasillo se encontraba en total oscuridad, pero el sonido no venia de ahí.
La cocina estaba levemente iluminada por la luz de la luna que pasaba a través de una ventana sin cortinas, no había nadie ahí y sin embargo el sonido seguía repitiéndose, vi la linterna que use mas temprano sobre la mesa y fui rápidamente a agarrarla, la encendí y me sentí aliviado como si esa luz fuera capaz de protegerme totalmente de el horror que estaba viviendo esa noche.
Estaba a punto de avanzar por el pasillo cuando me gire bruscamente y busque entres los cajones un cuchillo grande y afilado.
No estaba seguro de que debía hacer con ese instrumento, pero supongo que me hacia sentir aun mas tranquilo el hecho de tener un "arma".
Camine despacio iluminando mi camino y abrí bruscamente la puerta del baño... Nada.... Suspire frustrado mientras ese aplauso infernal seguía atormentándome.
Cuando finalmente me di cuenta que solamente quedaba un lugar en la casa desde donde podía provenir el sonido me paralice, era absurdo, ¿como era posible que alguien entrara y se metiera en ese "sótano" y que sentido tenia aplaudir ahí adentro? Esta pregunta me hizo entrar en pánico, si alguien había entrado a la casa y estaba aplaudiendo ahí adentro, estaba seriamente borracho o totalmente desquiciado, en cualquiera de los dos casos era peligroso.
Mientras avanzaba imagine como me vería en ese momento, estaba caminando en calzoncillos, con una remera, una linterna en una mano y en la otra un cuchillo, a eso tenia que sumarle que mis piernas temblaban no del frió (Que no estaba ausente) Si no del miedo que inundaba mi cuerpo. Creo que visto desde este momento esta imagen hasta se me hace graciosa.
Abrí lentamente la puerta de la sala de herramientas y la ilumine con la esperanza de que el sonido proviniera de la superficie y no del agujero.
Mis esperanzas se fueron en ese mismo momento, la sala estaba vacía y era evidente que los aplausos provenían de ahí abajo.
Trague saliva y pensé que lo mejor iba a ser esperar hasta el amanecer.
Pero no quería esperar, a pesar de estar aterrado quería averiguar que es lo que estaba haciendo ese sonido. <<La curiosidad mato al gato>> Me recordé, pero no evito que empezara a bajar por el túnel.
Sentía como si estuviera descendiendo al mismísimo infierno, y los aplausos, pausados, repetitivos y haciendo un eco horrible contra las paredes de la cueva, parecían pertenecer al comité de bienvenida que te felicitaba por todos tus pecados.
Descendí los 5 metros del túnel. Lo que hoy en la mañana era un lugar caluroso, y casi imposible de estar, se había convertido en el lugar mas frió de la casa.
Lo que vi ahí abajo fue terrible...
Exactamente en el centro de esa sala se encontraba una gran figura negra arrodillada... Eso era lo que estaba aplaudiendo no tenia ninguna duda.
Mi gran error fue iluminarla. Se dio vuelta y aunque no pude distinguir sus ojos supe que tenia una mirada gélida clavada en mi.
Quede paralizado. No estoy seguro por cuanto tiempo me observo esa forma oscura, pudieron ser segundos o tal vez fueron horas.
Finalmente esa sombra se me acerco, pero yo no pude retroceder estaba helado del miedo. De un momento a otro despliego unas enormes alas que me rodearon y ocuparon la totalidad de la sala y yo en mi desesperación trate en vano de corre hacia la salida.
No se que ocurrió después, mis últimos recuerdos de esa noche son un frío aliento en mi espalda y luego la oscuridad.
A la mañana siguiente desperté y todavía me encontraba en la cueva, el cuchillo todavía estaba en mi mano y la linterna aparentemente se me había caído y se había roto.
Cuando logre reincorporarme, aun aterrado por lo que me paso esa noche salí corriendo del lugar. No podía parar de correr. Cuando finalmente me pude relajar, me encontraba en calzoncillos, totalmente transpirado, sosteniéndome con el molino para no caerme.
A fuera, el día era hermoso, no estaba muy cálido y no había ni una nube en el cielo, pero eso no me tranquilizo, miraba la casa horrorizado, creo que si no fuera porque mis cosas se encontraban adentro no hubiera entrado de ninguna manera.
Paso una hora y decidí que era hora de entrar y sacar todo para salir de ese horrible lugar.
Fui con paso nervioso y entre con timidez a la casa, pero una vez adentro me apure para guardar todas mis cosas. De repente las preguntas se hicieron lugar en mi cabeza, ¿Que era eso que había visto ahí abajo? ¿Por que estaba arrodillado? ¿Por que aplaudía? ¿Estaba buscando algo?
Una vez mas una fuerte curiosidad invadió mi mente, a pesar de todo lo que había sufrido la noche anterior ¿Estaba dispuesto a volver a meterme ahí? Si, si lo estaba.
Si llego a leer hasta acá y me cree debe pensar que tengo tendencias auto destructivas, pero no las tengo, en ese entonces tenia la curiosidad de la edad y la fuerza para atreverme a ese tipo de cosas.
Fui hasta la sala de herramientas pensado que estaba loco. Tome una pala y luego de buscar un poco mas encontré una vieja lampara de aceite, la encendí y me dispuse a bajar lentamente. Un sudor frió recorría mi cara a pesar de que el calor pesado de ese lugar estaba empezando a sofocarme.
Cuando finalmente llegue abajo mi corazón se detuvo por un segundo y cuando comprobé que no había nada dentro de la sala volvió a latir.
Puse la lampara de aceite en el suelo y comencé a cavar exactamente donde vi a esa cosa. A medida que excavaba el lugar empezaba a sentirse cada vez mas frió.
Al cabo de varios minutos logre finalmente ver una mano huesuda asomando entre la tierra.
Estuve horas sacando tierra y lo único que conseguí fue encontrar dos brazos y una pluma negra como la noche misma.
Estaba a punto de anochecer cuando finalmente salí de aquel túnel totalmente transpirado y saque mis cosas fuera de la casa y me acerque al camino finalmente decidido a irme y no volver jamas a esa casa.
No se que me impulso a hacerlo pero antes de escapar de ese lugar junte gran cantidad de pasto seco y coloque la pluma y el hueso entre ellos, luego fui hasta el galpón donde se guardaban los tractores y rocié el pasto y los huesos con combustible. Me aleje un poco con mis bolsos en las manos y tire un fósforo a el pasto. No tardo en arder y yo me quede mirando como se quemaba. Aunque no pude terminar de verlo. En el momento que el fuego consumió la pluma desde adentro de esa casa se profirió un grito cargado de furia y de dolor que lleno completamente la noche del monte y me dio un susto de muerte.
Corrí.
No podía pensar en otra cosa, tenia que escapar de ese lugar.
Corrí y no pare para mirar de nuevo a ese campo. Pronto la oscura noche se trago mi figura.
No me despedí de nadie, no deje ninguna nota. Me fui de mi pueblo natal tan pronto como pude y no volví jamas.
Pero por mas que me aleje de ese campo maldito hay algo que me acompaña.
Casi todas las noches escucho esos infernales aplausos en mi casa... Supongo que es un castigo por mi error.
Este escrito no es solamente una historia, es mi carta de despedida.
Después de 50 años finalmente los aplausos del muerto han logrado deteriorar mi cordura gravemente y me han llevado a tomar esta trágica decisión. Ese aplauso me derroto.
Esta es mi carta de suicidio...
Los primeros 3 días los pase con una normalidad inquietante, trabajando durante el día y estudiando durante la noche. Pero el cuarto día sufrí un pequeño accidente en la habitación de las herramientas mientras buscaba algo que mi mente no me permite recordar.
Al entrar a la habitación la recorrí con la mirada, las blancas paredes estaban cubiertas de humedad y el olor de la misma sumado a la evidente presencia de ratas hacían que esa fuera una habitación en la que no querías pasar mucho tiempo, ¡ni siquiera tenia iluminación! No tenia ventanas y tampoco poseía un foco de manera que para iluminarla durante el día debías dejar la puerta de entrada a la casa abierta. Mi mirada se poso en el objeto que no recuerdo y avance rápido. Sentí que moría cuando, por mi peso, las maderas que tenia el piso cedieron y mi pie se hundió junto con varios pedazos de madera , lo saque tan rápido como pude y lo observe en busca de astillas que se pudieron haber clavado, para mi suerte mi pie estaba intacto, solamente un poco dolorido pero nada mas.
Asome mi cara para ver por el agujero en suelo, pero no podía ver nada debido a la oscuridad, la curiosidad empezó a asomar en mi cabeza y finalmente decidí agrandar el agujero para poder inspeccionar, << Después de todo ya esta roto>> Guiado por mi curiosidad busque un par de guantes en la sala para no lastimarme y comencé a quitar las tablas hasta hacer un enorme agujero en el suelo.
No era simplemente un pozo, la palabra cueva describía mejor a ese túnel que decencia hacía la oscuridad.
Me emocione por mi descubrimiento, sonreí y busque desesperado una linterna para iluminar mi camino, por suerte la sala de las herramientas tenia una, la encendí y comencé a bajar por ese túnel iluminado por el haz de luz de la linterna.
Para mi sorpresa el techo estaba sostenido por fuertes maderas para evitar un derrumbe, descendí los 5 metros que tenia el túnel (Que se me antojaron mucho mas largos) y llegue a una cámara construida a la perfección, pensé que podía ser una especie de sótano, pero no tenia sentido, ¿por que lo tendrían tapado?.
Ese "sótano" se encontraba totalmente vació. El calor del campo provocaba que el aire de ahí adentro se sintiera pesado, lo revise un poco sin encontrar nada interesante y cuando me empece a sentir mareado salí y volví a las tareas del campo.
La mañana se convirtió en tarde y rápidamente esta en noche y yo fui a mi pequeña habitación a estudiar. Al cabo de unas horas me sentía exhausto, el silencio de esa noche era absoluto y no me costo dormirme.
En medio de la noche un ruido muy particular me despertó y provoco que se erizaran los pelos de mis brazos. Era claramente alguien aplaudiendo. Trague saliva y trate de encontrarle algún sentido a ese atemorizarte sonido que se repetía sin cesar, al cabo de unos segundos recordé que mi amigo me explico que a 600 metros del campo, se encontraba un antiguo bar donde los viejos del pueblo solían pasar las noches y mas de un borracho solía caminar hasta la casa y golpear la puerta o tratar de entrar y que al cabo de unos minutos se retiraban frustrados por no poder ingresar al hogar.
Estaba a punto de volver a la posición en la que dormí para esperar que los aplausos cesaran cuando me di cuenta de algo. Me di cuenta que el sonido no provenía de afuera... este provenía de adentro de la casa. Un escalofrió recorrió mi cuerpo y el aire frió del campo por la noche pareció volverse helado de repente. A pesar de estar aterrado me pare y me puse a tratar de recordar si no deje alguna puerta o ventana abierta... ¡Estaba seguro de haber cerrado todo! Ningún animal ni persona podría haber entrado a la casa. Camine hacia el pasillo y maldije para mis adentros los pisos de madera viejos y sus horribles crujidos, abrí la puerta de mi habitación despacio y mire a ambos lados, el sonido seguía repitiéndose, poniéndome los pelos de punta, el pasillo se encontraba en total oscuridad, pero el sonido no venia de ahí.
La cocina estaba levemente iluminada por la luz de la luna que pasaba a través de una ventana sin cortinas, no había nadie ahí y sin embargo el sonido seguía repitiéndose, vi la linterna que use mas temprano sobre la mesa y fui rápidamente a agarrarla, la encendí y me sentí aliviado como si esa luz fuera capaz de protegerme totalmente de el horror que estaba viviendo esa noche.
Estaba a punto de avanzar por el pasillo cuando me gire bruscamente y busque entres los cajones un cuchillo grande y afilado.
No estaba seguro de que debía hacer con ese instrumento, pero supongo que me hacia sentir aun mas tranquilo el hecho de tener un "arma".
Camine despacio iluminando mi camino y abrí bruscamente la puerta del baño... Nada.... Suspire frustrado mientras ese aplauso infernal seguía atormentándome.
Cuando finalmente me di cuenta que solamente quedaba un lugar en la casa desde donde podía provenir el sonido me paralice, era absurdo, ¿como era posible que alguien entrara y se metiera en ese "sótano" y que sentido tenia aplaudir ahí adentro? Esta pregunta me hizo entrar en pánico, si alguien había entrado a la casa y estaba aplaudiendo ahí adentro, estaba seriamente borracho o totalmente desquiciado, en cualquiera de los dos casos era peligroso.
Mientras avanzaba imagine como me vería en ese momento, estaba caminando en calzoncillos, con una remera, una linterna en una mano y en la otra un cuchillo, a eso tenia que sumarle que mis piernas temblaban no del frió (Que no estaba ausente) Si no del miedo que inundaba mi cuerpo. Creo que visto desde este momento esta imagen hasta se me hace graciosa.
Abrí lentamente la puerta de la sala de herramientas y la ilumine con la esperanza de que el sonido proviniera de la superficie y no del agujero.
Mis esperanzas se fueron en ese mismo momento, la sala estaba vacía y era evidente que los aplausos provenían de ahí abajo.
Trague saliva y pensé que lo mejor iba a ser esperar hasta el amanecer.
Pero no quería esperar, a pesar de estar aterrado quería averiguar que es lo que estaba haciendo ese sonido. <<La curiosidad mato al gato>> Me recordé, pero no evito que empezara a bajar por el túnel.
Sentía como si estuviera descendiendo al mismísimo infierno, y los aplausos, pausados, repetitivos y haciendo un eco horrible contra las paredes de la cueva, parecían pertenecer al comité de bienvenida que te felicitaba por todos tus pecados.
Descendí los 5 metros del túnel. Lo que hoy en la mañana era un lugar caluroso, y casi imposible de estar, se había convertido en el lugar mas frió de la casa.
Lo que vi ahí abajo fue terrible...
Exactamente en el centro de esa sala se encontraba una gran figura negra arrodillada... Eso era lo que estaba aplaudiendo no tenia ninguna duda.
Mi gran error fue iluminarla. Se dio vuelta y aunque no pude distinguir sus ojos supe que tenia una mirada gélida clavada en mi.
Quede paralizado. No estoy seguro por cuanto tiempo me observo esa forma oscura, pudieron ser segundos o tal vez fueron horas.
Finalmente esa sombra se me acerco, pero yo no pude retroceder estaba helado del miedo. De un momento a otro despliego unas enormes alas que me rodearon y ocuparon la totalidad de la sala y yo en mi desesperación trate en vano de corre hacia la salida.
No se que ocurrió después, mis últimos recuerdos de esa noche son un frío aliento en mi espalda y luego la oscuridad.
A la mañana siguiente desperté y todavía me encontraba en la cueva, el cuchillo todavía estaba en mi mano y la linterna aparentemente se me había caído y se había roto.
Cuando logre reincorporarme, aun aterrado por lo que me paso esa noche salí corriendo del lugar. No podía parar de correr. Cuando finalmente me pude relajar, me encontraba en calzoncillos, totalmente transpirado, sosteniéndome con el molino para no caerme.
A fuera, el día era hermoso, no estaba muy cálido y no había ni una nube en el cielo, pero eso no me tranquilizo, miraba la casa horrorizado, creo que si no fuera porque mis cosas se encontraban adentro no hubiera entrado de ninguna manera.
Paso una hora y decidí que era hora de entrar y sacar todo para salir de ese horrible lugar.
Fui con paso nervioso y entre con timidez a la casa, pero una vez adentro me apure para guardar todas mis cosas. De repente las preguntas se hicieron lugar en mi cabeza, ¿Que era eso que había visto ahí abajo? ¿Por que estaba arrodillado? ¿Por que aplaudía? ¿Estaba buscando algo?
Una vez mas una fuerte curiosidad invadió mi mente, a pesar de todo lo que había sufrido la noche anterior ¿Estaba dispuesto a volver a meterme ahí? Si, si lo estaba.
Si llego a leer hasta acá y me cree debe pensar que tengo tendencias auto destructivas, pero no las tengo, en ese entonces tenia la curiosidad de la edad y la fuerza para atreverme a ese tipo de cosas.
Fui hasta la sala de herramientas pensado que estaba loco. Tome una pala y luego de buscar un poco mas encontré una vieja lampara de aceite, la encendí y me dispuse a bajar lentamente. Un sudor frió recorría mi cara a pesar de que el calor pesado de ese lugar estaba empezando a sofocarme.
Cuando finalmente llegue abajo mi corazón se detuvo por un segundo y cuando comprobé que no había nada dentro de la sala volvió a latir.
Puse la lampara de aceite en el suelo y comencé a cavar exactamente donde vi a esa cosa. A medida que excavaba el lugar empezaba a sentirse cada vez mas frió.
Al cabo de varios minutos logre finalmente ver una mano huesuda asomando entre la tierra.
Estuve horas sacando tierra y lo único que conseguí fue encontrar dos brazos y una pluma negra como la noche misma.
Estaba a punto de anochecer cuando finalmente salí de aquel túnel totalmente transpirado y saque mis cosas fuera de la casa y me acerque al camino finalmente decidido a irme y no volver jamas a esa casa.
No se que me impulso a hacerlo pero antes de escapar de ese lugar junte gran cantidad de pasto seco y coloque la pluma y el hueso entre ellos, luego fui hasta el galpón donde se guardaban los tractores y rocié el pasto y los huesos con combustible. Me aleje un poco con mis bolsos en las manos y tire un fósforo a el pasto. No tardo en arder y yo me quede mirando como se quemaba. Aunque no pude terminar de verlo. En el momento que el fuego consumió la pluma desde adentro de esa casa se profirió un grito cargado de furia y de dolor que lleno completamente la noche del monte y me dio un susto de muerte.
Corrí.
No podía pensar en otra cosa, tenia que escapar de ese lugar.
Corrí y no pare para mirar de nuevo a ese campo. Pronto la oscura noche se trago mi figura.
No me despedí de nadie, no deje ninguna nota. Me fui de mi pueblo natal tan pronto como pude y no volví jamas.
Pero por mas que me aleje de ese campo maldito hay algo que me acompaña.
Casi todas las noches escucho esos infernales aplausos en mi casa... Supongo que es un castigo por mi error.
Este escrito no es solamente una historia, es mi carta de despedida.
Después de 50 años finalmente los aplausos del muerto han logrado deteriorar mi cordura gravemente y me han llevado a tomar esta trágica decisión. Ese aplauso me derroto.
Esta es mi carta de suicidio...
Me ha puesto la carne de gallina. Tu blog es sencillamente genial.
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Me llena leer esto y saber que con mis pequeños escritos provoque algo en otra persona.
EliminarEternamente agradecido señorita :)