miércoles, 21 de agosto de 2013

Todo es un gran chiste. (Parte 2)

Pase varios días encerrado en casa pensando, pensando en como era posible que él me conociera, y cada uno de esos días la sensación de estar vigilado nunca me abandono.
Todas las posibilidades que se me ocurrían me aterraban... ¿Acaso él era un policía y estuve trabajando a su lado sin darme cuenta? ¿Era uno de los tantos pervertidos que entreviste fuera de mis horas de servicio y simplemente se me escapo? ¿Era uno de los padres de los desaparecidos?
Deseche todos estos pensamientos, sabía que Pogo me conocía de algún lado pero si yo lo conocía él por su verdadero nombre o su verdadero rostro era algo que se me escapaba. En fin, tenia que salir, no podía dejar que el siguiera ahí afuera y tenía que demostrarle que nada de lo que hacía me mantenía encerrado.
Agarre mi abrigo y  salí en la mitad de la noche.
No tenía ningún lugar para ir pero tenía que salir, tenia que lograr que él me viera.
Recorrí toda la ciudad varías veces hasta que finalmente vi salir el sol y me dirigí de inmediato a una cafetería para no quedarme dormido al volante.
Cuando llegue a mi favorita estaban a punto de abrir y solo me dejaron entrar por ser su cliente regular, y como todas las mañana tome mi café con algunas medialunas.
- ¿Otra noche en vela señor Moon? - Dijo una voz suave, la misma de cada mañana.
- ¿Es así de evidente Abi? - Mire a Abigail mientras dejaba mi desayuno sobre la mesa.
Abigail Stroker, posiblemente la única persona que no me miraba como si fuera un simple lunático por mi "pequeña" obsesión. Su piel blanca y cabello oscuro resaltaban la claridad de sus ojos azules, los mismos que hacían que valiera la pena seguir yendo a ese café. Con tan solo 17 años rebosaba en inteligencia y belleza. Desde que empezó a trabajar en ese lugar ella fue mi único escape de los cadáveres, de la sangre, de las mentes oscuras en las cuales tenía que sumergirme.
- Es eso o es la edad señor Moon - Dijo sonriente.
Estaba a punto de contestar cuando el viejo Williams, dueño de mi refugio de todas las mañanas, encendió la televisión y la voz de una reportera llego a mis oídos.
- Otra joven desapareció esta mañana desde su trabajo. La familia lo reporto esta mañana a la policía cuando la joven, Loana Cortés, no volvió a casa después de terminar su turno en farmacia.
En ese momento mostraron la foto de una joven de unos 19 años con una terrible belleza y una larga cabellera rubia. En ese momento lo supe. Pogo había atacado de nuevo. La noticia continuaba sonando.
- Los vecinos comienzan a organizarse creyendo que, debido a la cantidad de jóvenes desaparecidos, hay en la ciudad un asesino serial a pesar de que la policía sostiene que ella se escapo por un tiempo y  va volver en poco tiempo, concluido debido a la que sus padres señalaron que la alcancía donde ponía todos sus ahorros había desaparecido esa misma noche y a que según su diario personal tenía la intención de irse a un pueblo a conocer a un joven con el que contacto por Internet.
Me gire para avisar a Abi que tenía que salir y entonces note un peculiar brillo en sus ojos.
- ¿La conoces? - Pregunte a pesar de conocer la respuesta.
Abigail seguía con la mirada fija en la televisión.
- Abi, reacciona - Dije y le toque suavemente el hombro.
- Somos... Somos amigas desde pequeñas... Vive a pocas cuadras de mi casa... - Me miro al borde del llanto. - Ella jamás se iría sin mi... Estábamos ahorrando para poder ir a estudiar juntas...
Me pare y corrí la otra silla de la mesa y le hice una señal para que se sentara, ella callo en la misma pesadamente.
Volví a posicionarme en mi asiento y la mire fijamente, ella seguía escuchando la noticia.
- Abi... Voy a necesitar que te concentres. - Dije lo mas tranquilo que pude.
Ella me miro directamente a los ojos y hablo con la voz quebrada.
- La secuestraron... ¿¡Quien hace algo así!? - Grito y el viejo Williams se giro para verla.
- No se - Mentí - Pero si de verdad la secuestraron necesito que me digas un par de cosas sobre ella ¿Si?
Ella asintió al tiempo que sacaba un pañuelo para secarse las primeras lagrimas que caían por su mejilla.
- ¿Había alguien nuevo en su vida? - Proseguí y saque mi libreta discretamente para anotar.
- Espera... ¿Vos no estabas suspendido de la policía?
Asentí lentamente.
- Aún así creo que te puedo ayudar con tu amiga... Si es que así lo deseas...
Inmediatamente ella comprendió que eso era verdad, yo iba a ser el único que le iba a creer, porque yo ya sabía la verdad.
- No, ella no tenía a nadie nuevo.
- ¿Vos sabías quien era el chico que conoció por Internet?
- Si un tal... Edmund Kempar... Kamper, algo por el estilo.
En ese instante un escalofrío recorrió mi cuerpo.
- ¿Edmund Kemper? - Pregunte deseando que la respuesta sea negativa.
Pero cuando vi su cara de sorpresa supe que estaba en lo correcto.
- Si... ¿Como supiste?
- Porque lo conozco...
Ella casi salta y se pone de píe, y lo hubiera echo si no la hubiera detenido.
- ¿Entonces fue él? ¿Él secuestro a Loana?
- Si... Y no...
- ¿Que significa eso?
- Edmund Kemper es un asesino en serie, que mató a 11 personas, mutilaba los cuerpos y tenia relaciones con ellos...
- ¿¡Eso es lo que le esta haciendo a Loana!?
- Lo dudo... Desde 1973 esta en la Prisión Estatal de Vacaville en Estados Unidos.
- Entonces...
- Quien uso ese nombre si es el secuestrador, pero no es el verdadero Edmund Kemper.
- Debemos informar de inmediato a la policía. - Dijo al tiempo que se paraba.

 - No podemos.
- ¿Por que? 
- Porque fue mi idea, la estación de policía no va a aceptar de ninguna manera mis ideas. Si ellos ven el nombre se van a dar cuenta, pero dudo que allá dejado rastro alguno.
- Eso... Eso es verdad...  Loana nunca decía su nombre completo, solamente lo mencionaba como Ed. 
- ¿Y en la computadora? 
- Ella eliminaba todas las conversaciones, tenia miedo de que sus padres pudieran leerlas así que siempre las hacia desaparecer.
- Ya veo... - Dije al tiempo que me paraba. - Tenes que tener cuidado Abi... - La mire preocupado y puse mi mano sobre su hombro. - Voy a buscar a tu amiga y te voy a mantener al tanto. - Ella asintió y yo me dirigí hacía la salida.
Sin embargo sabía que tenía que hacer una cosa más antes de irme, por mas que me molestara.
- Y Abi... - Dije girándome antes de salir- Ya no nos pueden ver juntos.
- ¿Que? ¿Por qué?
- Es difícil de explicar, pero lo voy a hacer en su momento, lo prometo.
- Esta bien...- Saco un papel e hizo algunas anotaciones- Toma - Dijo avanzando hacía mi- Es mi número de teléfono. 
Lo tome y sin decir más salí del lugar. Tenía que ir a la farmacia donde trabajaba la amiga de Abi y ver que pistas habían quedado.
Volví a mi departamento finalmente con algo concreto para hacer, lo cual me animaba y me despejaba.
Cuando entre note que alguien había pasado una carta por debajo de la puerta. 
La levante y leí: "Para el detective Moon, de su mas querido amigo"
Ese hijo de puta. Había estado acá, solo para burlarse de mi por no poder detenerlo.
Abrí la carta e inmediatamente la deje caer al suelo.
Un mechón de pelo rubio con sangre se encontraba adentro...
Pero había algo mas. Una nota. La tome y la leí.

"Estaba esperando que salgas de tu patético departamento, casi iba y te tocaba la puerta para obligarte a a salir. Bueno por suerte lo hiciste por tu propia cuenta y el juego puede seguir. Pero me tuve que asegurar de que ibas a salir mas seguido para que esto no fuera tan... Aburrido supongo. Pensé que eras mas dedicado John. Ahora que le prometiste a la pequeña Abi que ibas a encontrar a su amiga te vas a empezar a esforzar enserio. 
P.d. Si llevas ese mechón a la policía los ojos de tu pequeña amiga me van a pertenecer.
Con sincero cariño...
Pogo."



Mi corazón casi se detiene al leer el nombre de Abi en esa sucia carta. Y luego una ira tremenda recorrió mi cuerpo. 
Estaba decidido.
Cuando lo encontrar, Pogo iba a morir.




1 comentario:

  1. Una gran segunda parte que mantiene la intriga en todo momento, ¡sigue así!
    P.D: Por tanto empeño y un blog tan genial, apareces en mi nueva lista de "blogs interesantes": http://piensoluegoescribounaimagenunrelato.blogspot.com.es/

    Un saludo.
    Ámbar Genevé.

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