miércoles, 21 de agosto de 2013

Todo es un gran chiste. (Parte 2)

Pase varios días encerrado en casa pensando, pensando en como era posible que él me conociera, y cada uno de esos días la sensación de estar vigilado nunca me abandono.
Todas las posibilidades que se me ocurrían me aterraban... ¿Acaso él era un policía y estuve trabajando a su lado sin darme cuenta? ¿Era uno de los tantos pervertidos que entreviste fuera de mis horas de servicio y simplemente se me escapo? ¿Era uno de los padres de los desaparecidos?
Deseche todos estos pensamientos, sabía que Pogo me conocía de algún lado pero si yo lo conocía él por su verdadero nombre o su verdadero rostro era algo que se me escapaba. En fin, tenia que salir, no podía dejar que el siguiera ahí afuera y tenía que demostrarle que nada de lo que hacía me mantenía encerrado.
Agarre mi abrigo y  salí en la mitad de la noche.
No tenía ningún lugar para ir pero tenía que salir, tenia que lograr que él me viera.
Recorrí toda la ciudad varías veces hasta que finalmente vi salir el sol y me dirigí de inmediato a una cafetería para no quedarme dormido al volante.
Cuando llegue a mi favorita estaban a punto de abrir y solo me dejaron entrar por ser su cliente regular, y como todas las mañana tome mi café con algunas medialunas.
- ¿Otra noche en vela señor Moon? - Dijo una voz suave, la misma de cada mañana.
- ¿Es así de evidente Abi? - Mire a Abigail mientras dejaba mi desayuno sobre la mesa.
Abigail Stroker, posiblemente la única persona que no me miraba como si fuera un simple lunático por mi "pequeña" obsesión. Su piel blanca y cabello oscuro resaltaban la claridad de sus ojos azules, los mismos que hacían que valiera la pena seguir yendo a ese café. Con tan solo 17 años rebosaba en inteligencia y belleza. Desde que empezó a trabajar en ese lugar ella fue mi único escape de los cadáveres, de la sangre, de las mentes oscuras en las cuales tenía que sumergirme.
- Es eso o es la edad señor Moon - Dijo sonriente.
Estaba a punto de contestar cuando el viejo Williams, dueño de mi refugio de todas las mañanas, encendió la televisión y la voz de una reportera llego a mis oídos.
- Otra joven desapareció esta mañana desde su trabajo. La familia lo reporto esta mañana a la policía cuando la joven, Loana Cortés, no volvió a casa después de terminar su turno en farmacia.
En ese momento mostraron la foto de una joven de unos 19 años con una terrible belleza y una larga cabellera rubia. En ese momento lo supe. Pogo había atacado de nuevo. La noticia continuaba sonando.
- Los vecinos comienzan a organizarse creyendo que, debido a la cantidad de jóvenes desaparecidos, hay en la ciudad un asesino serial a pesar de que la policía sostiene que ella se escapo por un tiempo y  va volver en poco tiempo, concluido debido a la que sus padres señalaron que la alcancía donde ponía todos sus ahorros había desaparecido esa misma noche y a que según su diario personal tenía la intención de irse a un pueblo a conocer a un joven con el que contacto por Internet.
Me gire para avisar a Abi que tenía que salir y entonces note un peculiar brillo en sus ojos.
- ¿La conoces? - Pregunte a pesar de conocer la respuesta.
Abigail seguía con la mirada fija en la televisión.
- Abi, reacciona - Dije y le toque suavemente el hombro.
- Somos... Somos amigas desde pequeñas... Vive a pocas cuadras de mi casa... - Me miro al borde del llanto. - Ella jamás se iría sin mi... Estábamos ahorrando para poder ir a estudiar juntas...
Me pare y corrí la otra silla de la mesa y le hice una señal para que se sentara, ella callo en la misma pesadamente.
Volví a posicionarme en mi asiento y la mire fijamente, ella seguía escuchando la noticia.
- Abi... Voy a necesitar que te concentres. - Dije lo mas tranquilo que pude.
Ella me miro directamente a los ojos y hablo con la voz quebrada.
- La secuestraron... ¿¡Quien hace algo así!? - Grito y el viejo Williams se giro para verla.
- No se - Mentí - Pero si de verdad la secuestraron necesito que me digas un par de cosas sobre ella ¿Si?
Ella asintió al tiempo que sacaba un pañuelo para secarse las primeras lagrimas que caían por su mejilla.
- ¿Había alguien nuevo en su vida? - Proseguí y saque mi libreta discretamente para anotar.
- Espera... ¿Vos no estabas suspendido de la policía?
Asentí lentamente.
- Aún así creo que te puedo ayudar con tu amiga... Si es que así lo deseas...
Inmediatamente ella comprendió que eso era verdad, yo iba a ser el único que le iba a creer, porque yo ya sabía la verdad.
- No, ella no tenía a nadie nuevo.
- ¿Vos sabías quien era el chico que conoció por Internet?
- Si un tal... Edmund Kempar... Kamper, algo por el estilo.
En ese instante un escalofrío recorrió mi cuerpo.
- ¿Edmund Kemper? - Pregunte deseando que la respuesta sea negativa.
Pero cuando vi su cara de sorpresa supe que estaba en lo correcto.
- Si... ¿Como supiste?
- Porque lo conozco...
Ella casi salta y se pone de píe, y lo hubiera echo si no la hubiera detenido.
- ¿Entonces fue él? ¿Él secuestro a Loana?
- Si... Y no...
- ¿Que significa eso?
- Edmund Kemper es un asesino en serie, que mató a 11 personas, mutilaba los cuerpos y tenia relaciones con ellos...
- ¿¡Eso es lo que le esta haciendo a Loana!?
- Lo dudo... Desde 1973 esta en la Prisión Estatal de Vacaville en Estados Unidos.
- Entonces...
- Quien uso ese nombre si es el secuestrador, pero no es el verdadero Edmund Kemper.
- Debemos informar de inmediato a la policía. - Dijo al tiempo que se paraba.

 - No podemos.
- ¿Por que? 
- Porque fue mi idea, la estación de policía no va a aceptar de ninguna manera mis ideas. Si ellos ven el nombre se van a dar cuenta, pero dudo que allá dejado rastro alguno.
- Eso... Eso es verdad...  Loana nunca decía su nombre completo, solamente lo mencionaba como Ed. 
- ¿Y en la computadora? 
- Ella eliminaba todas las conversaciones, tenia miedo de que sus padres pudieran leerlas así que siempre las hacia desaparecer.
- Ya veo... - Dije al tiempo que me paraba. - Tenes que tener cuidado Abi... - La mire preocupado y puse mi mano sobre su hombro. - Voy a buscar a tu amiga y te voy a mantener al tanto. - Ella asintió y yo me dirigí hacía la salida.
Sin embargo sabía que tenía que hacer una cosa más antes de irme, por mas que me molestara.
- Y Abi... - Dije girándome antes de salir- Ya no nos pueden ver juntos.
- ¿Que? ¿Por qué?
- Es difícil de explicar, pero lo voy a hacer en su momento, lo prometo.
- Esta bien...- Saco un papel e hizo algunas anotaciones- Toma - Dijo avanzando hacía mi- Es mi número de teléfono. 
Lo tome y sin decir más salí del lugar. Tenía que ir a la farmacia donde trabajaba la amiga de Abi y ver que pistas habían quedado.
Volví a mi departamento finalmente con algo concreto para hacer, lo cual me animaba y me despejaba.
Cuando entre note que alguien había pasado una carta por debajo de la puerta. 
La levante y leí: "Para el detective Moon, de su mas querido amigo"
Ese hijo de puta. Había estado acá, solo para burlarse de mi por no poder detenerlo.
Abrí la carta e inmediatamente la deje caer al suelo.
Un mechón de pelo rubio con sangre se encontraba adentro...
Pero había algo mas. Una nota. La tome y la leí.

"Estaba esperando que salgas de tu patético departamento, casi iba y te tocaba la puerta para obligarte a a salir. Bueno por suerte lo hiciste por tu propia cuenta y el juego puede seguir. Pero me tuve que asegurar de que ibas a salir mas seguido para que esto no fuera tan... Aburrido supongo. Pensé que eras mas dedicado John. Ahora que le prometiste a la pequeña Abi que ibas a encontrar a su amiga te vas a empezar a esforzar enserio. 
P.d. Si llevas ese mechón a la policía los ojos de tu pequeña amiga me van a pertenecer.
Con sincero cariño...
Pogo."



Mi corazón casi se detiene al leer el nombre de Abi en esa sucia carta. Y luego una ira tremenda recorrió mi cuerpo. 
Estaba decidido.
Cuando lo encontrar, Pogo iba a morir.




domingo, 18 de agosto de 2013

Todo es un gran chiste. (Parte 1)

No podía soportar la indiferencia de la gente.
¿Como podían ser tan ciegos frente a algo tan obvio?
Esos chicos no escapaban de sus casas. Ninguno lo hizo.  Pero esa era la solución más simple...
Cada vez que uno desaparecía siempre se contaba la misma historia: "Son jóvenes, escaparon de casa para independizarse de sus padres...". Siempre la misma mentira.
Alguien estaba llevándose a esos chicos, alguien lo suficientemente inteligente como para no dejar ningún rastro.
Pero, después de todo, el que busca encuentra.
Perdí mi trabajo como detective de la policía, perdí a mi esposa, mi obsesión termino por devorarse todo lo que realmente importaba, y aún así no pude dejarla ir... Tenia que encontrar a los chicos perdidos.


Todo esto me lleva a quien que yo considero la primera de 33 (Aproximadamente, podrían ser mas, podrían ser menos) victimas.
Pablo Ressler, joven de 20 años, trabajaba en una construcción, desaparecido hace 2 meses.
Pablo vivía con sus padres, quienes terminaron por aceptar la teoría de la policía. Él día de su desaparición él fue a trabajar como todos los días, la única diferencia es que el nunca volvió.
Una vez que me encuentro delante de la imponente construcción en la que el joven Ressler solía trabajar, doy rienda suelta a mi imaginación, y abro los espacios mas oscuros de mi mente... ¿Como secuestraría a un joven de una construcción? (Se que fue secuestrado en este lugar ya que su bicicleta aún estaba atada a un poste de luz cercano cuando se reporto desaparecido).
Primer paso, acercarme: Es un joven de 20 años que trabaja en una construcción, lo que me lleva a pensar que necesita dinero, entonces la forma mas fácil de acercarme a él es ofrecerle un nuevo trabajo, uno con mejor paga y que le provea en lo posible de mas tiempo libre y menos esfuerzo. (Nota menta: Si es así debieron haberlo visto hablar con alguien en la construcción que no pertenecía a esta, probablemente también hablo con otros intentado engañarlos, debo hablar con la gente de la construcción.)
Segundo paso, aislarlo: Luego de ofrecerle el trabajo concretaría una "entrevista" de trabajo más tarde ese mismo día, luego de revisar el lugar concluí que no habría mejor lugar para secuestrar a una persona que el estacionamiento de este lugar, alejado y sin muchas luces. Ahí es donde llevaría a mi victima, ahí es donde esta desaparecería...
Tercer paso, el secuestro: El joven Ressler tenía dos años de trabajar en la construcción, por lo que debía tener un cuerpo bastante fornido, por lo que seguramente tomarlo por sorpresa y pelear contra él hubiera sido difícil, y hacer todo eso y perder a mi victima por una estupidez como eso no va conmigo, yo calculo y llevo a cabo mis secuestros y/o asesinatos a la perfección. Entonces... ¿Como lo hice desaparecer? ¿Lo convencí de que me acompañara a su "nuevo trabajo"? No... Pablo Ressler llevaba una rutina, si se hubiera retrasado hubiera llamado a sus padres para poder aclarar las cosas y eso hubiera complicado mis planes... Tuve que adormecerlo para que no pudiera pelear o pedir ayuda...
Entonces, lo espero en mi auto... No... Era un chico grande, no se podía llevarlo en el asiento trasero y hubiera necesitado un baúl grande para meterlo dentro, y un auto así no hubiera podido permanecer oculto.
Lo espero en mi van, posiblemente la ensucie un poco para parecer que pertenecía a alguno de los trabajadores de la construcción y evitar levantar sospechas, entonces cuando Ressler se mete en esta debo usar un somnífero, algo liquido para inyectarle, o bien algo gaseoso, pero esto parece poco probable ya que me hubiera afectado a mi también... En fin, supongo que tengo tiempo para descubrir como se lo llevo, por ahora me voy a concentrar en descansar... Mañana voy a volver a este lugar para hablar con los trabajadores.

Al otro día...
¡Lo sabía! ¡Mi conclusiones fueron correctas! O por lo menos en su mayoría...
Un compañero de trabajo de la victima me comento que el joven Ressler le dijo alegre que alguien le había ofrecido un nuevo trabajo cerca de la fecha de su desaparición. Cuando le pregunte si a alguien mas de la construcción le habían ofrecido el mismo trato, el respondió negativamente, lo mismo que cuando le pregunte si había visto a alguien hablando con Pablo cerca de la fecha de su desaparición. Sin embargo esto no me desalienta, solo significa que mi asesino no elige victimas al azar... No busco a cualquier trabajador, busco específicamente a Ressler, lo que quiere decir que lo estuvo vigilando por un tiempo, conociendo su rutina, conociendo sus necesidades, descubriendo la forma de acercarse.


Volví a mi departamento para encontrarme con una sorpresa, en mi puerta había un enorme paquete con una nota, metí esto adentro y leí la nota. Esta rezaba: "El juego a empezado, Detective John Moon, pero, ¿esta seguro que desea seguir jugando? Su querido amigo Pogo."
Se me heló la sangre. En el momento que leí mi nombre sabía que era él. ¿Hace cuanto sabía que seguía su rastro? ¿Como sabe mi nombre? ¿Por que envió hoy este paquete?
Todo esto, en lugar de preocuparme o desanimarme, me hizo sonreír como hacía meses que no lo hacía. Era una enorme sonrisa de oreja a oreja. Pero esta se borro de inmediato cuando vi el contenido del enorme paquete...
En este se encontraba una horrible pintura con un tétrico payaso pintado en esta, los colores oscuros hacían que tuviera escalofríos...
Por mas difícil que fuera debía concentrarme... Concentrarme en que quería decir esto...
La pintura podía significar que se consideraba un artista, y no uno simple, se consideraba el mejor artista que existía. Que se atreviera a hacer esto significaba que me conocía, o por lo menos lo suficiente como para saber que no diría nada a la policía... Esto era un mano a mano, y yo era muy orgulloso como para permitirme perder.
Quería que estemos en un plano de igualdad, el conoce mi rostro y mi nombre, para eso mando el cuadro y la nota firmada... Esos son su verdadero nombre y su rostro, o por lo menos el que él prefiere...


miércoles, 17 de julio de 2013

Los intrusos.

La necesidad de alejarnos de la ciudad nos llevo, a mi y a mi esposa, a tomar unas vacaciones.
Así que sin avisar a nadie decidimos armar nuestros bolsos y salir hacía un lugar con mas árboles y menos edificios.
Decidimos movernos hacia las montañas del sur, donde nadie podría ubicarnos y finalmente nos desconectaríamos de todo y todos.
En todo el camino no cruzamos un solo auto, y el clima estaba de nuestro lado, el sol brillaba fuertemente y en el cielo no había ni una nube. Pero nunca nada es perfecto.
Wendy tuvo que traerlo de vuelta a mi mente. Una simple frase como "Él hubiera amado esto", basto para borrar la sonrisa de mi rostro.
¿Por qué después de tanto tiempo tuvo que recordarlo precisamente este día, en este momento?
Ya había pasado 1 año pero aún me costaba aceptar que él no estuviera con nosotros. Así que el resto del viaje fue silencio. Y casi como imitando mi humor el tiempo cambio de repente.
El día despejado y con ese sol brillante sufrió una horrible transformación hasta convertirse en un monstruo oscuro y tormentoso.
La oscuridad solo se veía interrumpida cuando caía un rayo, y la lluvia que caía fuertemente dificultaba aún mas ver la ruta.
Fue entonces cuando un rayo cayó y destrozo un enorme árbol que se encontraba a pocos metros nuestros.
El árbol se desplomo inmediatamente sobre el capó del auto y nosotros nos salvamos de suerte.
Trate inútilmente de dar marcha atrás, pero no había caso. El motor estaba arruinado.
Intentamos usar nuestros teléfonos pero la señal en ese lugar era nula.
Pero finalmente nos relajamos cuando Wendy señalo que habíamos pasado un campo hacía escasos minutos.
Volví a sonreír desde que ella lo había mencionado, y agradecía su buena memoria.
Nos pusimos nuestros impermeables y agarramos los bolsos. Esperábamos que los habitantes de ese campo tuvieran un teléfono desde el que pudiéramos llamar a una grúa.
Corrimos tratando de no resbalar por la lluvia.
Finalmente llegamos a la entrada del campo, abrí la tranquera y entramos. Recorrimos la entrada no sin ensuciarnos bastante debido al barro, pero finalmente llegamos a la puerta de la casa. Las luces estaban apagadas pero supusimos que se debía a algún corte de luz, así que sin pensarlo dos veces golpeamos fuertemente la puerta para que nos escucharan.
No hubo respuestas. El campo estaba abandonado a pesar de que la casa parecía estar en perfecto estado. No teníamos opción teníamos que entrar. Así que rompí el vidrio de la ventana  con mi codo y destrabe la puerta desde adentro.
Al entrar y cerrar la puerta nos dimos cuenta de algo extraño.
La casa estaba llena de muebles, incluso había un televisor. Quienes vivieran ahí no tuvieron tiempo para llevarse nada. Asumimos que las camas seguirían en su lugar y estábamos demasiado cansados para ponernos a hacer suposiciones. Así que subimos al segundo piso y revisamos habitación por habitación.
La primera resulto ser el baño.
La segunda la habitación de los hijos de la familia. Esta contaba con 2 camas. Por las cosas que se podían observar deducimos que tenía un hijo y una hija.
Finalmente la tercera puerta resulto ser la de la habitación matrimonial. La cama estaba echa y no tenia un poco de polvo en cima.
Pero no nos preocupo, probablemente esa puerta había estado cerrada por años.
Así que nos desvestimos y nos acostamos.
Al otro día nos levantamos temprano. Bajamos a la cocina y revisamos en busca de comida no perecedera para desayunar. No tuvimos suerte, pero decidimos que no haría falta, no estaríamos ahí por mucho, nos podíamos saltar un desayuno.
Entonces nos pusimos en búsqueda de lo que realmente era necesario... Un teléfono.
No tardamos en encontrar un viejo teléfono de disco en la sala de estar. Pero al levantarlo nos llevamos otra decepción. Este no tenía tono.
- Tal vez es que la luz esta cortada y nada mas - Sugirió Wendy.
Asentí con la cabeza y decidí salir a revisar al rededor de la casa. No se como se dio cuenta pero Wendy me freno.
- Tranquilízate, todo va a mejorar Jason - Y en ese momento me beso.
Aún así salí de la casa frustrado y sin ganas de trabajar. Busque incansablemente la fuente de energía de la casa. Hasta que finalmente encontré un generador en la parte trasera de la casa. Este estaba intacto, lo mas probable es que se le había acabado la gasolina y con un par de litros volvería a funcionar.
Cuando me día vuelta lo vi. Era posiblemente la cosa mas grotesca que había visto en mi vida... Un espantapájaros  estaba posado detrás de mi. Este tenia una apariencia horrible, con sus ropas gastadas y sus ojos vacíos y una hoz en su mano. Trague saliva y me dirigí tan rápido como pude a la casa. La sola presencia de esa cosas me provocaba escalofríos.
Volví a la casa y descubrí a Wendy fijándose en una especie de libro en la sala de estar.
- ¿Viste el espantapájaros que esta atrás de la casa?
- No, no lo vi. - Respondió sin levantar la vista del libro.
- ¿Qué tenes ahí? - Me acerque curioso y comprobé que era un álbum de fotos.
- Lo encontré revisando la habitación donde dormimos - Dijo Wendy aún sin despegar la vista de este.
En las fotos descoloridas se veía a los dos niños, a una hermosa señora de cabello largo y piel clara, y a un hombre flaco y alto con una extraña cicatriz en el brazo que siempre estaba de la mano de la mujer.
- Encontré un generador afuera, no debe tener gasolina, voy a ir a sacarle lo que le queda al auto y se la voy a poner al generador.
- Bien, hay una manguera y un balde en la cocina. - Ella seguía pasando las paginas como hipnotizada por sus rostros.
Salí de la casa y volví por lo menos una hora después con el balde hasta la mitad. Tenia que alcanzar para hacer una llamada por lo menos.
Puse rápidamente la gasolina en el generador para no tener que estar cerca de esa horrible figura y inicie el generador. Era increíble. Este funcionaba a la perfección. Volví sonriendo a la casa pensando que ese era el final de nuestra pesadilla.
Entre a la casa y para mi sorpresa Wendy seguía en la misma posición en la cual estaba cuando salí.
- Creo que ya arregle el problema. - Y ni bien termine esta frase encendí la luz de la sala de estar.
Wendy finalmente levanto la vista y me sonrió.
Corrí hasta el teléfono y levante el tubo.
Una vez más me decepcione. El teléfono seguía muerto. Cualquiera que fuera el problema no era la electricidad. Frustrado por haberme esforzado para nada arranque el teléfono de donde estaba y lo arroje al otro lado de la habitación. Wendy se acurruco un poco en el sillón y dejo caer el álbum de fotos.
- Jason... No te preocupes... Ya se va a solucionar todo...
- ¿Si? - Estaba lleno de odio y frustración - Desde que llegamos lo único que hiciste fue decirme que todo va a estar bien y mirar esas estúpidas fotos. - Salí de la casa para poder tomar un poco de aire, Wendy salio atrás mió.
- ¿No te da vergüenza hablarme así? ¿Qué pensaría Ivan si te escuchara?
Lo ultimo que necesitaba era escuchar su nombre, aún mas furioso me dí vuelta y la enfrente.
- Ivan lleva muerto 1 año Wendy. A él no le va a molestar.
Wendy quedo boquiabierta. Sin nada mas que decir se dio vuelta y volvió a la casa. Luego de unos minutos cuando volví a entrar en razón y me di cuenta de las cosas que había dicho volví a la casa.
Wendy estaba callada sentada en el sillón. Obviamente había estado llorando.
Me acerque lentamente y pedí perdón. Al principio me ignoro totalmente, pero pasados unos minutos volvimos a hablar. El cansancio nos superaba así que nos fuimos a la cama temprano con la esperanza de que al próximo día encontraríamos la forma de volver  a la ciudad.


Mientras ella dormía me acerque con la pequeña hoz que el espantapájaros llevaba en su mano.
Rápidamente le sujete la cabeza y apoye la hoz contra su cuello. La luz de la luna iluminaba nuestros cuerpos. Podía ver su cara mientras intentaba huir de mis manos y se notaba que estaba gritando. Pero yo no podía escucharla. Solo escuchaba una frase en mi cabeza, una y otra vez: "Ella es una intrusa..."
Lentamente pase la hoz por su cuello y vi a la luz de la luna como mis manos se llenaban de sangre. Cuando finalmente ella estuvo muerta me asome la ventana que daba a la parte trasera de la casa... El espantapájaros ya no estaba...

Me desperté sobresaltado por un ruido en la sala de estar. El sudor cubría todo mi cuerpo. Mi primera reacción fue fijarme si Wendy estaba bien.
Comprobé aliviado que ella todavía estaba durmiendo.
Baje las escaleras rápidamente. Probablemente algún animal se había metido en la casa y había tirado algo.
Para mi sorpresa reinaba el mas absoluto de los silencios.
El ruido había sido producido por el álbum de fotos que cayó al suelo.
Sin nada que hacer comencé a revisarlo. No había muchas cosas interesantes, lo único que pude notar fue que faltaba una de las fotos. Pero nada fuera de lo normal.
En ese momento los brazos de Wendy rodearon mi cuello y sus labios besaron mis cachetes.
- ¿No podías dormir?
- Se cayó esto y me despertó. Volvamos a la cama.
Cuando nos disponíamos a volver a la habitación sentí algo extraño en el suelo. Me frene en seco y Wendy me miro preocupado.
- Creo que hay un sótano...
- Bueno, podes revisarlo mañana ahora descansa.
Ella tenía razón, de todas maneras estaba muy oscuro como para entrar así que la acompañe a la cama y me acosté, ni bien cerré los ojos lo primero que escuche fue la frase: "Ella es una intrusa..."

A primera hora del otro día me levante y me dirigí a la sala de estar. Por alguna razón algo me molestaba de ese sótano, o tal vez simplemente me estaba volviendo loco.
Salí de la cama y escuche a Wendy entrar al baño. Siempre me sorprendió lo temprano que se levantaba.
Baje rápidamente las escaleras y fui a la sala de estar.
Me agache y comencé a buscar una manera de abrir el sótano. Al cabo de unos minutos logre levantar una tabla suelta que dejo al descubierto una manija, al tirar de esta la puerta del sótano se abrió. Estaba a punto de sonreír cuando un olor terrible a putrefacción me pego en la cara y me provocó arcadas. Wendy se encontraba bajando las escaleras y lo sintió igual.
- Jason, ¿De donde sale ese olor?
- Del sótano... Probablemente algún animal muerto que se quedo encerrado... Ya vengo.
Me tapé la nariz con la remera y comencé a bajar, la luz del sol entraba levemente en el sótano permitiéndome ver un poco.
De repente tropecé con algo y caí al suelo, saque mi teléfono celular que estaba casi sin batería e ilumine el lugar.
Me quede sin aliento al ver lo que había en ese sótano.
Tres cadáveres... Dos niños y un adulto... Me arrastre como pude hasta la otra punta del sótano sin dejar de alumbrarlos y me acurruque como un niño asustado. ¿Quienes eran esas personas? ¿Como había llegado ahí? Un mar de preguntas me inundo.
Alcance a ver una especie de nota en el suelo, así que me arrastre y la recogí.
Era una foto... La foto restante... Esta fue tomada dentro del sótano.
En esta se podían ver los tres cadáveres ni bien fueron asesinados. Era la familia que vivía en la casa, todos tenían profundos cortes en el cuello. Pero faltaba uno... El hombre flaco y alto...  ¿Acaso el los había asesinado? ¿El padre había aniquilado a toda su familia, la había bajado al sótano y les había sacado una foto? Todo era terriblemente confuso...
Di vuelta la foto y en esta se leía: "Ellos eran intrusos..."
Un grito ahogado salio de mi boca y escuche la voz de Wendy de mas arriba.
- Jason ¿Esta todo bien?
Al instante la puerta del sótano se cerro. Quede paralizado. No sabía que hacer. Podía escuchar a Wendy intentado abrir en vano. Me asome e intente empujar la puerta desde adentro pero algo me heló la sangre...
Una voz tétrica se escucho detrás de mi.... Casi como si me estuvieran susurrando al oído...
- Ella es una intrusa...
Al borde del llanto comencé a empujar mas fuerte y la voz se volvió mas notoria...
- Ella es una intrusa...
Continué empujando con todas mis fuerzas... Esta vez la voz fue casi como un grito y sentí una mano apoyándose en mi espalda.
- ¡Ella es una intrusa!
Finalmente la puerta cedió y yo salí disparo de ahí cayendo sobre Wendy.
Para cuando volví a abrir los ojos estaba en el sillón de la sala de estar y Wendy estaba sentada delante mió con su cara preocupada.
- ¿Que pasó ahí abajo?
- ¿Qué?
- Jason... ¿Qué paso allá abajo ¿Qué viste?
- Todos están muertos... - Murmure.
- ¿Qué?
- La familia que vivía acá... Están todos muertos... Alguien los mato...
- Jason ¿Quien los mato?
- Creo... Creo que fue el papá...
Wendy me miro preocupada, y se levanto.
- ¿A donde vas?
- Me voy de esta casa Jason.
- Wendy el pueblo mas cercano esta a varios kilómetros, no podemos volver caminando...
Ella me ignoro totalmente y subió. Salí detrás de ella.
- Wendy, alguien nos va a encontrar...
- No me voy a quedar.
La tome suavemente de la mano pero ella se soltó.
- Wendy... ¿Qué te pasa?
- Estas loco.
- ¿Qué?
- Allá abajo no hay nada Jason, yo misma baje y no vi nada, lo único que hay es un gato muerto. Desde que llegamos estas totalmente desquiciado, te levantas en el medio de la noche, tenes alucinaciones, me tratas mal. Me quiero ir.
- No te podes ir... No me podes dejar solo...
- Veni conmigo entonces...
- Pero todas nuestras cosas...
- ¡Jason eso no importa! - Ella se dio vuelta totalmente furiosa.- Vos no sos el único que sufre la muerte de Ivan. El también era mi hijo.
- Ivan no tiene nada que ver con esto...
- ¡Tiene todo que ver! ¿Sabes por qué? Porque fue tu culpa...
Al darse cuenta de lo que dijo se tapo la boca...
- ¿Qué?
- Jason... Perdón...
- ¿A que te referís con que fue mi culpa?
- No quise decirlo...
- ¡¿A qué te referís!?
Wendy rompió en llanto.
- Se suponía que lo ibas a cuidar... Pero lo dejaste solo, y ese conductor lo atropello... ¡Era tu responsabilidad!
Y en ese momento todo se puso oscuro... Lo único que logre escuchar antes de perder el conocimiento fue esa maldita frase de nuevo... "Ella es una intrusa..."


Cuando desperté estaba tirado en el pasillo, el silencio era absoluto y el sol entraba por las ventanas.
Me levante y me sujete la cabeza... ¿Qué había pasado? ¿Wendy seguía en la casa?
Pero de repente lo vi... La puerta del dormitorio estaba manchada con sangre...
Corrí hasta la misma y entre a la habitación...
Wendy estaba tirada en la cama, con el cuello cortado... En la pared estaba escrito con sangre: "Ella era una intrusa" .
Mire mis manos y estabas estaban repletas de sangre... Y al lado de la cama estaba la hoz... La hoz del espantapájaros... Yo no era capaz de lastimar a Wendy, jamas lo habría echo... Tenía que ser el espantapájaros... Era él el que cometía cada uno de los asesinatos, espantando a los llamados "intrusos".
El odio recorrió todo mi cuerpo. Agarre la hoz y salí afuera, me dirigí directamente a esa horrible figura.
Comencé a pegarle con la hoz, pero este estaba inmutable. Y entonces una idea me vino a la cabeza... Baje de la cruz a ese espantapájaros y lo rocié con un poco de gasolina que quedo en el balde.
Sin pensarlo dos veces corrí a la cocina y busque fósforos. No tarde en encontrar unos viejos pero que aún funcionaban. Así que corrí hasta donde había dejado a el espantapájaros y sin pensarlo dos veces tire sobre él un fósforo.
Inmediatamente este comenzó a arder y yo a sonreír.
Pero cuando la ropa comenzó a deshacerse la vía... Ahí estaba la cicatriz... La misma que tenía el hombre de las fotos... El espantapájaros se encargaba de mantener el campo seguro y de que ningún intruso se acercara a estas... Y entonces lo sentí... Algo se envolvía al rededor de mis muñecas... Eran los alambres... Los mismo que sostenían a el espantapájaros anterior...

Jamas me iba a ir de este lugar... Después de todo... tengo que mantener lejos a los intrusos... Ahora soy el espantapájaros...



Nota: Esta historia esta dedicada a Miriam, espero que la hayas pasado genial en tu viaje pequeña psicópata... (?) 



viernes, 28 de junio de 2013

Esmeraldas.

Su belleza la convertía en la chica mas codiciada de la pequeña localidad en la que vivía, por desgracia esa misma belleza la convertía también en la envidia de las demás jóvenes con las que convivía.
Su cuerpo delgado y desarrollado, su piel blanca y suave y su pelo oscuro como la noche. Pero lo mas llamativo eran esos dos ojos, ojos verdes como una esmeralda. No había chico que se resistiera, con una sola mirada ellos deseaban poder abrazarla y nunca soltarla, deseaban estar con ella para siempre.
Muchos lo intentaron y todos y cada uno de ellos fallo, ella simplemente continuaba riéndose en sus caras, considerandos indignos de su belleza.
Ella estaba profundamente enamorada de Mark, el chico que a su vez todas deseaban pero ninguna podía tener. Cuando ella lo miraba perdía toda su confianza, no le salían las palabras y sentía un horrible nudo en su garganta.
Un día ella descubrió una carta sobre su pupitre del colegio, "Una más de tantas" pensó sonrió y la abrió, pero el contenido de esta la extraño, con una letra prolija alguien escribió, "No te acerques a Mark, el solo te va a hacer sufrir, estuve viendo como lo miras, él no te merece."
Ella jamas había confesado su amor por Mark a nadie, de repente se sintió furiosa, "Alguno de esos anormales me estuvo espiando.", destruyo la carta sin siquiera ver quien la había firmado y salio al pasillo. Finalmente vio a Mark a pocos pasos de ella, "Ojala estés viendo esto" pensó en quien envió la carta, tomo coraje y beso a Mark delante de toda la escuela.
Ambos quedaron mirándose por varios segundos luego del beso. Pero de repente Mark estallo en risas, ella no podía creer lo que estaba viviendo, la persona que ella mas amaba se estaba riendo de ella en su cara.
Se dio vuelta llorando y camino hasta el aula. En la puerta de la misma un chico apoyo su mano en su hombro y le dijo algunas palabras de consuelo, aún así su reacción fue quitarle violentamente el brazo y gritarle: "¡No me toques anormal! ¡No podes tocarme, vos no sos nadie!." Y dicho esto entro a el aula.
Las horas pasaron y ella no lograba sentirse bien. Seguía pensado en la carta, y en al risa de Mark, la risa que le hizo sentir humillada por primera vez en su vida.
Quería estar sola, quería dejarse llevar, y eso hizo.
Se puso su campera y salio a las frías y oscuras calles.
Cuando de repente el silencio y la oscuridad lo tomaron todo y cayo al suelo.


Cuando despertó sintió un dolor de cabeza tremendo, frió e incertidumbre. ¿Se había desmayado? ¿Donde estaba? ¿Cuanto tiempo había pasado?
Sentía su cara empapada y se daba cuenta de que estaba atada a alguna especie de camilla metálica. Cuando de repente una voz sonó e hizo eco en las 4 paredes.
- Veo que finalmente despertaste Sara.
Ella no pudo identificar la voz. No tenía idea de que era lo que estaba pasando...
- ¿Do... Donde estoy? - Fue lo único que atino a decir. Se sentía débil.
- Estas en un lugar donde nadie te va a escuchar.
La voz fue cortante, sintió como su corazón daba saltos en su pecho, estaba desesperada, quería salir de ese lugar de manera inmediata.
Aún dudando se atrevió a preguntar.
- ¿Quien sos?
- ¿Quien soy? - Una risa resonó en sus odios - Soy toda la gente que rechazaste sin siquiera escuchar sus nombres, soy los amigos que traicionaste, soy las personas que humillaste, soy a quienes nunca escuchaste, soy todos los idiotas que se enamoraron de tu mirada. Pero para vos... Para vos soy Nadie. Y te prometo una cosa, nadie mas va a sufrir por vos... No a partir de esta noche.
Sintió como Nadie aflojaba las ataduras de sus manos y pies, y con la poca fuerza que tenía giro sobre si misma y callo sobre el piso frió.
La sala en ese momento era completo silencio. Se arrastro hasta tocar una pared y se levanto. Dirigió su mano a su cabeza y se quito la venda... Para su sorpresa todo estaba igual de oscuro que antes. Sara estaba ciega...
- ¿¡Qué me hiciste!? - Grito con todas las fuerzas que pudo reunir.
La voz seguida de una risa volvió a sonar.
- Me encargue de que nadie vuelva a sufrir lo que yo sufrí por vos, me encargue de que tu mirada no vuelva a enamorar a nadie...
Temblando Sara llevo su mano a su cara  y las deslizo hasta sus cavidades oculares mientras la voz seguía hablando.
- Me encargue de que solo tengas ojos para mí.
Con un grito de horror Sara comprobó que sus hermosos ojos verdes, sus esmeraldas, ya no estaban.

miércoles, 19 de junio de 2013

Pesadilla.

La puerta se abrió lentamente produciendo un leve chirrido, el aire golpeo mi rostro y la luz me cegó por unos segundos... Luego vino el murmullo, un sonido constante que y apenas perceptible, pero era evidente que estaba ahí, causando escalofríos que me recorrían enteramente. Y finalmente él. Una sombra se deslizo rápidamente en mi habitación. La puerta se cierra bruscamente y logro escuchar una respiración pesada que se acerca hasta quedar al lado de mi oído. Y en ese instante una risa que comienza siendo tímida como la de un niño hasta transformarse una violenta carcajada que parece perforar mis tímpanos.



Me despierto en el medio de la noche, una transpiración fría cubrió mi cuerpo y respiro dificultosamente. Él no me había visitado por al menos 60 años. Pero era ridículo que apareciera ahora, hacía años que había escapado de mi propia imaginación... De mis pesadillas y mis demonios, todos había quedado atrás, todos habían quedado en la casa.  
Apareció por primera vez cuando tenia 8 años, él simplemente llego de un día para el otro y jamas se fue. Aun cuando era de día podía escucharlo murmurando aunque todos parecían ignorarlo.
Los años pasaron, hice mi mejor esfuerzo por soportarlo y en la primera oportunidad me fui de casa. Pero ahora a mis 68 años de edad, él, quien había estado enterrado en lo mas profundo de mi memoria, había vuelvo.
Era hora, ya no podía seguir escondiéndome, tenia que probarme a mi mismo que "él" solo era un invento mío de cuando era pequeño para callar las peleas entre mis padres, sobre todo los llantos desconsolados de mi madre.

Al otro día desayune temprano y tome el primer tren con destino a mi ciudad natal. No parecía haber cambiado mucho, un lugar apagado, generalmente frió y monótono. No precisamente un lugar ideal para que un niño de 8 años crezca. Pero era lo que nos podíamos permitir en esos tiempos. En fin, estaba devuelta en mi hogar.
No tarde mucho en ubicarme y encontrar mi casa. Pero al verla me quede paralizado. No estaba seguro de querer entrar. ¿Y si él todavía estaba adentro? ¿Y si no había sido mi imaginación?. Las dudas se arremolinaban dentro mio retorciendo mi estomago y causándome un punzante dolor de cabeza.
Pero después de todo... Tengo 68 años, no tengo hijos, no tengo dinero, y cada día me cuesta más respirar. No tengo mucho que perder y no viaje hasta acá solo para contemplar la casa.
Llene mis pulmones de aire helado y marche firmemente hacía la casa. Esta permanecía intacta, parecía que estuviera recién construida, pero a pesar de esto note que nadie vivía ahí, el pasto del patio del frente estaba terriblemente alto y descuidado.
Busque al rededor del marco de la puerta la antigua llave, la cual para mi sorpresa aún estaba ahí, parecía que después de mis padres, nadie volvió a vivir en esa casa. No sabía si preocuparme por eso o sentirme aliviado. De todas maneras, era muy pronto para saberlo.
Por dentro la casa estaba vacía, y en absoluto silencio, la luz estaba cortada, al igual que el gas y el agua. Eso realmente no importaba, no pensaba quedarme mas de una noche y tenia lo necesario.
Mire hacía arriba de las escaleras y pude ver la puerta de mi antiguo cuarto, el lugar donde él aparecía. Lo dude por unos minutos, o tal vez varías horas pero finalmente decidí subir y ver mi habitación.
Lo que vi me atemorizo, mi cama estaba ahí, como si me hubiera estado esperando todos estos años, trague saliva y me acerque un poco. Una delgada linea de polvo la cubría pero no se necesito mas que dos golpes sobre esta para que se disipara y se esparciera en el aire.
Las horas pasaron y coloque algunas velas en ambos pisos para iluminar un poco la casa.
Finalmente mis viejos parpados estaban cediendo, al igual que mis piernas, así que llego la hora de ir a la cama.
Subí las escaleras y me quite los zapatos antes de entrar. Sin embargo me deje mi ropa puesta y me acosté.
El sueño fue inundando mi mente hasta que finalmente sucumbí.


No estoy seguro de cuanto tiempo había dormido pero finalmente con un leve chillido se abrió la puerta, el aire golpeo mi rostro y la luz me cegó por unos segundos... Luego vino el murmullo, un sonido constante que y apenas perceptible, pero era evidente que estaba ahí, causando escalofríos que me recorrían enteramente. Y finalmente él. Una sombra se deslizo rápidamente en mi habitación. La puerta se cierra bruscamente y logro escuchar una respiración pesada que se acerca hasta quedar al lado de mi oído. Y en ese instante una risa que comienza siendo tímida como la de un niño hasta transformarse una violenta carcajada que parece perforar mis tímpanos.
Estaba a punto de llorar cuando escuche algo entre la risa...
Las palabras fueron cortantes y claras...
Él dijo: "Te estuve esperando".



domingo, 3 de marzo de 2013

Los habitantes.

Luego de la muerte de mi esposa, Helena, y mi hijo, Theodor, en un accidente de transito me mude con mi hija Sofia a una enorme casa en los alejados bosques de Zabath.
Adquirí esta mansión por una suma increíblemente baja  por lo que sospechaba que estaría echa pedazos. Grande fue mi sorpresa al llegar allí al ver que la casa estaba en perfectas condiciones.
Elegí esa antigua vivienda entre muchas  por su lejanía con la ciudad a la que tanto resentimiento guardaba por la muerte de mi mujer y la de mi hijo.
La mansión estaba compuesta por dos pisos mas el sótano, por fuera el color blanco que antes tenia se estaba transformando en un gris opaco, pero no era nada que un poco de pintura no pudiera arreglar.
Era el lugar perfecto para empezar de nuevo, el lugar perfecto para que Sofia se olvidara de los problemas por un tiempo y el lugar perfecto para retomar mi trabajo de escritor.
Lo mas cercano que teníamos era, por supuesto, el pequeño pueblo de Zabath que se encontraba a, aproximadamente, 15 kilómetros. El lugar contaba con pequeñas casas, una estación de servicio, una biblioteca que compartía edificio con la escuela, un pequeño destacamento de la policía, uno de bomberos, un hospital y por su puesto un pequeño centro donde se ubicaban tiendas de ropa y algún que otro restaurante.
A principios del año terminamos de mover todo desde nuestra antigua casa y Sofia empezó el colegio en Zabath.

La primera noche en la mansión descubrimos que había ratas, sentíamos como arañaban las paredes provocando un ruido horrible que nos desvelo. Debido a eso decidí regalarle a Sofia dos gatos que fueron nombrados Emily y Castle. Aun así ese infernal sonido producido por los roedores no se detuvo. Pero simplemente dejamos de darle importancia.
La semana transcurrió con normalidad aunque con mucho silencio, el bosque parecía estar encantado debido a su falta de sonido. A veces por las noches se el único sonido que mis oídos percibían eran mis manos escribiendo rápidamente mi nueva novela y por su puesto el maldito sonido de las ratas.
Sofia, con la increíble facilidad de una niña de 8, hizo amigos de manera casi inmediata por lo que aveces, durante la tarde, la mansión se inundaba de las contagiosas risas de los niños que se cortaban de repente antes de las 19 horas, debido a que sus padres venían apurados y los retiraban de manera inmediata y a pesar de los intentos de Sofia de convencer a los padres de que dejen que alguna de sus amigas se quede a dormir en la casa estos siempre terminaban convenciéndola a ella de quedarse a dormir en la casa de ellos.
Al principio me pareció que lo hacían por cortesía luego comenzó a parecerme extraño, pero jamas me atreví a preguntar la razón, ya que supuse que ese denso bosque podía inquietar hasta el mas valiente de los hombres y no querrían que sus niños se quedaran en el.
Luego de un mes estaba empezando a acostumbrarme al silencio del bosque y al sonido de las ratas cuando una tormenta como nunca antes había visto se desato iluminando con sus rayos las habitaciones de la vieja vivienda. Di vueltas en mi cama intentado dormirme y estaba a punto de conseguirlo cuando un grito desesperado me heló la piel e hizo que saltara de mi cama.
Supe en ese momento que era mi pequeña Sofia la que había proferido ese horrible alarido.
A pesar de que el miedo recorría mi cuerpo, corrí a toda velocidad hasta su habitación y entre empujando con fuerza la puerta. Y ahí estaba Sofia.
Sentada en la cama mirándome con sus enormes ojo verdes con la cara media tapada.
Luego de un segundo finalmente hablo.
- Theo esta aquí - Dijo inocentemente refiriéndose a su hermano mayor, pero lo dijo con una convicción que me petrifico.
- Sofi, vuelve a dormir amor, hablaremos de esto mañana.- Me acerque y la bese en la frente y ella con una sonrisa puso su cabeza cubierta de sus rubios cabellos en la almohada y se durmió como si nada hubiera pasado.
No pude volver a dormir y al otro día trate de no preguntarle por lo que había pasado la noche anterior asociándolo con una pesadilla.
Pero cuando este mismo episodio se repitió una noche mientras me encontraba escribiendo, no pude evitarlo y pregunte a mi hija sobre lo que había visto.
- Vi a Theo papi - Dijo sonriente, yo suspire.
- Sofia, Theo murió hace mas de 2 meses, es imposible que lo hayas visto - Su cara cambio totalmente ante mi respuesta, se veía ofendida porque yo no le creía.
- Yo se lo que vi papá, vi a Theodor, quería jugar conmigo - Tuve que contener las lagrimas al recordar como Theo jugaba con su pequeña hermana.
- Esta bien hija, ve a jugar tengo que seguir con mi novela - Ella volvió a sonreír tiernamente, me beso en un cachete y salio a el patio de la mansión.
Una vez que ella se encontró afuera subí a mi habitación y rompí en llantos desconsolados hasta que entre lagrimas vi algo que capto mi atención. Era la puerta de mi habitación. Se encontraba arañada como si alguien hubiera querido escribir algo con las uñas. Inmediatamente culpe a los gatos y comencé a buscarlos por toda la mansión pero estos no aparecieron y cuando pregunte a Sofia por ellos dijo que hacia varias noches que no los había visto.
Imagine que se había ido al bosque y prometí a Sofia salir a buscarlos, aunque no tenia esperanzas de encontrarlos en semejante bosque.
Así que olvide por un tiempo los rayones en la puerta de mi habitación y me puse en la titanica tarea de buscar los gatos en semejante bosque.
No había caminado mas de media hora cuando llegue a un lugar que era un perfecto circulo en el medio del bosque. Pero eso no era lo mas extraño, lo extraño fue encontrar en el medio del circulo 4 lapidas y sentir un olor a putrefacción que me provoco arcadas.
Me acerque a las tumbas con una mano en sobre mi boca y nariz para evitar el olor y cuando me encontré al lado de estas quite con mi otra mano el moho que cubría los nombres y fechas.
Comprobé con sorpresa que se trataba de una familia y curiosamente todas tenían la misma fecha.
Las lapidas rezaban "Arthur Mills 1932 - 1986", "Barbara Mills 1940 - 1986", "Aron Mills 1974 - 1986" e "Irene Mills 1980 - 1986".
Lo siguiente que descubrí fue de donde provenía el espantoso olor, a no mas de 2 metros de donde se encontraban las lapidas se encontraban colgados de un árbol los putrefactos cuerpos de Emily y Castle, despellejados y con el abdomen abierto, busque en el piso los órganos de los gatos pero aparentemente quien los mato se los había llevado. Había un rastro de sangre que se podía distinguir entre las hojas.
Volví a las lapidas y tome fotos de los nombres para no tener que volver a ese lugar que me producía escalofríos y comencé a seguir el rastro de sangre dejado por los órganos de los gatos cuando su asesinos los llevaba.
Cada paso que daba siguiendo ese rastro de sangre me hacia temblar de horror. Yo sabía exactamente a donde se dirigía.
Cuando el rastro de sangre desapareció me encontraba a 5 metros de la mansión que ocupaba con mi hija. Y desde el lugar en el que me encontraba podía ver atemorizado como Sofia jugaba en el patio.
Esa noche le dije que no había podido encontrar a los animales y mentí diciéndole que al otro día pediría a la policía que los buscara.
Fue otra noche en esa casa que no pude dormir, y las ratas parecían estar mas activas que nunca.
Al día siguiente deje a Sofia en la escuela y me dirigí inmediatamente a la biblioteca. La curiosidad carcomía mi mente. No pude dejar de pensar en esos nombres tallados en piedra. Y sabiendo que todos murieron el mismo día, supuse que en un accidente. Cosa que los periódicos no iban a poder ignorar.
Luego de una hora en la biblioteca finalmente encontré el articulo que estaba buscando, me hubiera resultado mucho mas fácil  sabiendo la fecha exacta de la defunción, pero la tediosa tarea ya había terminado.
La familia Mills, era una familia proveniente de El Reino Unido, el "líder" de la familia, el famoso empresario Arthur Mills se había venido a instalar a esa mansión en los años 60, e inmediatamente se hizo conocido entre los pobladores, principalmente por ser una borracho y maltratar a su mujer. A pesar de eso el nunca logro poner un dedo sobre sus hijos, Barbara, su esposa, los escondía en el sótano y recibía ellas los golpes y abusos del hombre.
Hasta que llego el inevitable día en que el viejo Arthur cruzo la raya, había llegado terriblemente borracho a su mansión y luego de golpear terriblemente a su esposa, subió a su habitación -Que era la que yo ocupaba actualmente- tomo una escopeta que guardaba bajo la cama y mato a su esposa.
Al darse cuenta de lo que había echo se suicido, y nunca mas se volvió a saber nada de sus hijos, desaparecieron de una noche para otra.
Quede desconcertado al enterarme de eso, si estaban desaparecidos, ¿Por que estaban sus tumbas con la misma fecha que la muerte de su padre y de su madre?
Un viejo policía que se encontraba al borde del retiro me explico que suponían que el viejo había matado también a los niños y los había escondido en algún lugar del bosque, así que simplemente pusieron las tumbas para dar una especie de "cierre" a la historia.
Con mi curiosidad satisfecha volví a la mansión para escribir los capítulos finales de mi novela y esperar la hora en la que Sofia saliera de la escuela.
Pude descansar en paz por 2 días, ya que el tercero un ruido en la planta baja, mas precisamente en el living, me despertó. Me levante sobresaltado y comprobé que Sofia siguiera en la cama, me asome solamente hasta la puerta y comprobé que así era, no supe si debía angustiarme o aliviarme, si ella estaba ahí significaba que estaba a salvo, pero que alguien había irrumpido en la casa.
Baje con manos temblorosas las largas escaleras y podía ver a pesar de la oscuridad que inundaba el salón que todo se encontraba echo un total desorden. Me arme de valentía y me dirigí al living.
La sala se encontraba aun mas desordenada, pero en fin vacía, así que suspire aliviado y encendí la luz. En ese momento decidí no haberlo echo nunca, la pared estaba manchada de sangre y estaba totalmente arañada, contuve un grito ahogado y me acerque con mi cuerpo temblando hacía la sangre que había dejado un rastro que conducía a la cocina.
Dude por un segundo si debía abrir la puerta, pero finalmente lo hice.
Arriba de la mesa donde solía preparar la comida se encontraba con profundos cortes en el cuello, la cara y las piernas, Sofia, mi hija. Eso fue demasiado para mi, caí de rodillas y rompí en llantos.
De repente un escalofrió recorrió mi espalda. Si Sofia se encontraba muerta en la cocina. ¿Quien estaba en su cama?
Me levante y tome un cuchillo mientras una rabia asesina nublaba mi mente. Quien se encontraba durmiendo plácidamente en la cama de mi hija tendría que ser su asesino. Subí sujetando firmemente  el cuchillo, todavía no seguro de lo que iba a hacer cuando agarrara al ocupante de la habitación.
Llegue hasta la puerta y tome grandes bocanadas de aire.
Abrí la puerta despacio y vi que alguien todavía ocupaba su cama. Me acerque en puntas de pie hasta el lado de la cama. Suspire lentamente y arranque la sabana.
Deje al descubierto a una niña pequeña con el pelo de color gris, totalmente sucia, aunque podía notar que su piel era blanca como la leche, y con unos ojos oscuros como la misma noche que me miraba con una mezcla de espanto y sorpresa.
Estaba atónito, esa chica no había matado a mi hija, no tenia ni una mancha de sangre.
Estaba a punto de tocarla para comprobar si era real, cuando vi que su vista se clavaba en el cuchillo que llevaba en la mano y antes de que pudiera reaccionar lanzo un grito horrible, que me hizo retroceder y mirarla horrorizado, era una chica que vivía en un estado "salvaje".
De repente sentí un dolor tremendo detrás de mi cabeza y me desmaye...
Cuando tome conciencia, alguien un poco mas grande que la pequeña niña que caminaba con sus ojos clavados en mi, me estaba arrastrando hacia mi habitación. Cuando nos encontrábamos en ella vi como la niña que estaba durmiendo la cama de Sofia empujaba mi cama hacia un costado con un gran esfuerzo y abría una especie de compuerta que se encontraba debajo de esta.
La niña bajo y luego el mayor me arrastro al mismo agujero.
Comprendí algo, el ruido de las "ratas" no era otra cosa que ellos moviéndose entre las paredes de mi casa.
Avanzamos por los estrechos pasillos de las paredes hasta que llegamos hasta un especie de agujero. La niña se arrojo primero. Y luego el mayor se giro y me miro con una sonrisa macabra y los mismos ojos que la pequeña, por lo que deduje que eran hermanos. Su ropa sucia se encontraba totalmente manchada de sangre. El era el asesino de mi pequeña. Trate de liberarme pero me arrojo con sus manos ensangrentadas al agujero. Llegue a un lugar con una tenue iluminación y caí en la cuenta que estaba donde Barbara escondía a sus hijos de los terribles abusos de su padre. Y allí estaban ellos...
En un rincón iluminados por la débil luz de una lampara de aceite vieja y oxidada se encontraban los adultos Aron e Irene. Junto a ellos se encontraba la sucia niña que dormía en la cama de mi hija , y que casi con seguridad era hija de la pareja de hermanos, segundos mas tarde se unió a ellos el asesino de Sofia todavía con esa sonrisa macabra en su rostro.
Me aleje hasta un rincón atemorizado.
Veía como sus oscuros ojos me inspeccionaban de arriba abajo sin parpadear, mientras que Aron murmuraba por lo bajo y rápidamente produciendo un ruido desesperante.
- ¿¡Que quieren de mi?! - Pregunte pero no hubo respuesta, mas que sus mirada y los murmullos.
Comencé a examinar la pequeña "habitación" en la que me encontraba, el suelo estaba repleto de huesos de animales pequeños, sobre todo ratones. En un rincón había un balde con agua. Las paredes eran de madera.
Sabía lo que me esperaba si me quedaba ahí. La muerte.
De ninguna manera iba a dejar que me maten esas personas.
El asesino de Sofia se paro y tomo un cuchillo, Aron seguía murmurando por lo bajo, produciendo un sonido que me enloquecía. Cuando tuve lo suficientemente cerca a el asesino me abalance sobre el y  lo tire al suelo. Aron intento ayudar a su hijo mientras yo me arrastraba frenéticamente hacía la lampara.
Finalmente la tuve al alcance de la mano. La levante y la arroje contra la pared de madera esperando que funcione. Y así fue... La pared comenzó a encenderse con una rapidez impresionante y en cuestión de segundos pude ver como las llamas cubrieron el techo. El asesino de Sofia se abalanzo sobre mi con la mirada llena de rabia y clavo su cuchillo en mi pecho, el dolor fue tremendo pero yo sonreía al escuchar los chillidos de las criaturas que asesinaron a mi hija.
Gritaban desesperados mientras las llamas los consumía.
El calor se estaba volviendo insoportable, pero ya no había escapatoria. Esa habitación en llamas era nuestra tumba...
Finalmente el techo se desplomo y yo me desmaye...


Desperté.
Me contaron que tenia quemaduras graves en mas del 40% de mi cuerpo, sobre todo en el torso y en las extremidades, pero que iba a sobrevivir.
Me encontraba en la unidad de quemados, en el hospital de Zabath.
Gire mi cabeza a la derecha inspeccionando la habitación, y comprobé que no había nadie.
Pero al girar mi cabeza hacía el otro lado vi que en la cama que estaba al lado mio se encontraba alguien totalmente vendado. Esta persona giro su cabeza y me miro fijamente y en ese preciso momento me estremecí...
Unos ojos oscuros y cargados de ira me miraban entre las vendas...


domingo, 17 de febrero de 2013

El pozo


Perdí la noción del tiempo.
Sin darme cuenta camine por el bosque hasta que la oscuridad me trago.
Estaba asustado, siempre daba caminatas por esa zona, pero todos sabían que nunca debías quedarte hasta la noche...
Tenia frío y estaba totalmente perdido.
El bosque era denso y no se veía ni una luz al rededor, es gracioso como un camino que conoces a la perfección se vuelve el mas complicado de los laberinto cuando la luz desaparece.
Continué caminado en el silencio de la noche, no sabía porque lo hacia solamente quería caminar, como si eso hiciera que la noche avanzara mas rápido.
El silencio del bosque es absoluto, hasta el punto que resulta extraño. En todas mis caminatas jamas sentí el sonido de un ave, ni de los pequeños animales que suelen habitar en ese tipo de lugares.
La ausencia de sonido hace que la noche parezca mucho mas oscura.
De repente un leve sonido me sobresalta, no puedo distinguir que era pero es constante y de lo mas siniestro.
Sin embargo puedo intuir de donde proviene. La curiosidad se apodera de mi cuerpo y casi como si ese sonido fuera el canto de una sirena comienzo a avanzar hacia el.
Con cada paso el sonido se vuelve mas nítido y mas escalofriante, pero no podía detenerme, tenia que saber que era ese ruido.
Finalmente encontré el lugar... Frente a mi se erguía una vieja y destartalada cabaña que a 5 metros de su entrada tenia un pozo de agua.
Me acerque lentamente mientras que lo único que pensaba era que quería huir de ese lugar. El sonido seguía con una constancia que hacia que pareciera parte del paisaje, pero sentirlo tan de cerca lo hacia mucho mas aterrador.
Llegue al borde del pozo y trague saliva, no tenia dudas el sonido venia de ahí adentro...
Baje la mirada y casi me desmallo, sentí nauseas y mi corazón se acelero.
En el fondo del pozo había una niña de no mas de 8 años. Estaba totalmente sucia y parecía desnutrida, su ropa blanca estaba totalmente desgarrada y sus manos... Sus manos estaban llenas de sangre. Perdió las uñas raspando la pared del pozo. Ese era el sonido que escuchaba... Sus pequeñas manos buscando escapar de ese agujero.
Levanto la mirada rápidamente y me miro horrorizada con sus perfectos ojos azules.
Su expresión era la del pánico en persona.
Dije algunas palabras para tranquilizarla, pero ella seguro parecía mas relajada que yo en ese momento.
Su respuesta sonó como un sollozo por lo bajo y me heló totalmente la sangre.
Ella dijo: "Cuando él vuelva nos va a castigar."
Quería correr. Dejarla en el pozo y alejarme lo mas posible de ese lugar, pero parecía estar anclado a su mirada. Cuando finalmente puede quitarle la mirada de encima busque inútilmente la ayuda de alguien al rededor.
Sabía que estaba solo y que esa niña moriría si yo no hacia algo de inmediato.
Continué recorriendo el lugar con la mirada hasta que finalmente vi una soga que estaba a escasos metros del pozo. Suspire aliviado pensando que ese era el fin de todo.
Le conté a la pequeña el plan y ella hizo una leve sonrisa.
Al cabo de unos segundos ya estaba bajando la cuerda para ayudarla a subir.
Confiaba en que ella pudiera atarse la cuerda al rededor y yo pudiera ayudarla a subir.
Cuando ella me indico que tenia la cuerda la sujete con fuerza y espere a que ella me avisara que la subiera.
Pero de golpe una fuerza enorme me hizo caer a la oscuridad del pozo...
Pensé que iba a quebrarme el cuello y morir. Lo hubiera preferido...
Cuando caí me quebré un brazo, el dolor era insoportable. Roce apenas a la niña en mi caída pero yo sentía que la iba a aplastar.
Me senté contra la pared del pozo llorando de dolor mientras que esa pequeña me miraba con ojos brillantes y amorosos.
Cuando me percate de eso quede totalmente confundido y me olvide del dolor.
Ella tenia de nuevo una sonrisa en el rostro.
No pude evitarlo y le pregunte de que se reía.
Ella sonrió aún mas y respondió con una voz fría y pausada que no correspondía a una niña de 8 años.
"Ahora tengo alguien con quien jugar."
Abrí los ojos aterrados mientras veía como esos ojos azules que hace unos minutos expresaban pánico se volvían de un color mas oscuro que la noche.
Ella se paro y comenzó a caminar hacía mi con una sonrisa macabra que me hizo entender algo.
Yo no volvería a ver la luz del día.